IMAGEN TOMADA DE TN
João Ferreira da Silva, el albañil condenado por violar y asesinar al niño Bruno Aparecido dos Santos en 2005, fue ejecutado en plena calle este miércoles por la mañana en la ciudad brasileña de Sinop, en el estado de Mato Grosso. El crimen ocurrió frente a una posada, pocas horas después de que Ferreira da Silva recuperara la libertad tras cumplir 20 años de prisión.
El ataque, que quedó registrado por una cámara de seguridad, muestra a dos hombres con gorras y tapabocas acercándose a Ferreira da Silva, empujándolo y abriendo fuego contra él. Uno de los atacantes realizó varios disparos mientras el otro acompañó la acción y le brindó cobertura. La víctima cayó en la vereda y los agresores escaparon rápidamente del lugar.
Tras la ejecución, la policía acordonó la zona y halló al menos tres casquillos de bala en la escena. Los investigadores trabajan ahora para identificar a los autores del homicidio y esclarecer el móvil. Entre las hipótesis, analizan si existe una conexión directa con la reciente salida de prisión del hombre, cuya condena por un crimen que estremeció a la comunidad aún sigue fresca en la memoria colectiva.
El caso que marcó a Sinop ocurrió el 28 de octubre de 2005. Según la investigación judicial, Ferreira da Silva atrajo al pequeño Bruno, de 9 años, a una obra en construcción, donde lo agredió, abusó y finalmente lo asesinó. Luego, enterró el cuerpo cerca del lugar. La desaparición del niño desató una intensa búsqueda por toda la ciudad y, 1o días después, el agresor fue detenido cuando intentó atacar a otro menor.
En la obra donde trabajaba, los agentes hallaron elementos que lo vinculaban directamente al crimen, incluidas canicas que pertenecían a Bruno. Ferreira da Silva confesó entonces los hechos y condujo a la policía hasta el sitio donde había enterrado el cuerpo. La indignación social fue tan intensa que alrededor de 500 personas intentaron irrumpir en la comisaría para lincharlo, lo que obligó a su traslado a Cuiabá. Allí logró escapar, aunque fue recapturado horas más tarde en una terminal de autobuses.
En 2008, la Justicia lo condenó a 42 años de prisión por el asesinato de Bruno y, en un juicio posterior, sumó 10 años más por atentado contra el pudor contra otro niño. Aunque en un primer momento confesó, más tarde afirmó ante los tribunales que “no recordaba” si había cometido los hechos.
La ejecución de Ferreira da Silva, ocurrida a menos de un día de su liberación, reavivó la indignación y el dolor en Sinop. En paralelo, las autoridades buscan determinar quiénes fueron los autores del ataque y si se trató de una venganza vinculada al crimen que conmocionó a la ciudad hace casi dos décadas.





















