LISTOS PARA LA FINAL. Benjamín Medina e Iván Luguercio esperan en Las Termas hasta la hora del partido.
Mientras el termómetro marcaba 36 grados y el vapor del asfalto se hacía sentir en cada esquina, Iván Luguercio y Benjamin Nahuel Medina buscaban un respiro bajo la sombrilla de un bar en Las Termas de Río Hondo. Sentados a la sombra, con bebidas frías sobre la mesa, esperaban la hora de partir rumbo al estadio Madre de Ciudades, donde Estudiantes de La Plata jugará la final del torneo Clausura frente a Racing. El calor apretaba, pero la ansiedad por la final era más fuerte.
Ambos tienen 18 años, son de La Plata y hasta hace poco eran completos desconocidos. La amistad nació en la ruta, durante un viaje de más de 14 horas que los trajo desde Buenos Aires hasta Santiago del Estero. “No nos conocíamos de antes. Nos cruzamos justo para venir y ya pegamos amistad. Éramos onda y se dio”, contó Benjamín, todavía sorprendido por la rapidez con la que se armó el vínculo.
La decisión de viajar en auto no fue casual. El contexto económico también juega su partido. “Los vuelos estaban carísimos, rondaban un palo más o menos. Ni ahí pagábamos eso”, explicó Luguercio, sin vueltas. Frente a ese escenario, la alternativa fue clara: cargar el auto, turnarse al volante y salir a la ruta. “Fuimos parando, rotando para manejar, tomando mates y escuchando música. Así se hizo más llevadero”, agregó Medina.
Cuando se les pregunta por la final, aparece la ilusión, aunque no fue inmediata. La fe creció con el andar del equipo. “Yo al principio no me imaginaba que Estudiantes iba a llegar”, reconoció Luguercio. “Pero cuando pasamos cuartos y semifinales, ahí sí empezó a parecer más posible”. Hoy, a horas del partido, la confianza está intacta: “Racing es un rival difícil, pero yo me tengo fe”, dijo Medina.
La charla deriva inevitablemente hacia la polémica que rodea al club y al fútbol argentino en la disputa entre Juan Sebastián Verón y Claudio “Chiqui” Tapia. En ese sentido, el enojo con el presidente de la AFA es un sentimiento compartido. “Genera bronca. Siempre que Estudiantes hace las cosas bien, se ponen en contra”, lanzó Medina, en referencia al conflicto.“Que Verón se plante y pelee está bien. Es un tipo del club, nació ahí y hoy es presidente. Por algo hay pelea”, agregó Luguercio.
Un viaje inolvidable
Más allá de la política y las discusiones dirigenciales, para ellos el viaje ya valió la pena. La final también es una excusa para vivir una experiencia única. “Son viajes que capaz hacés una sola vez en la vida. Lo disfrutás con amigos, con familia o, como en nuestro caso, con alguien que no conocías y ahora ya es amigo”, reflexionó Medina.
Con alojamiento resuelto gracias a un conocido y la entrada asegurada a último momento, el próximo paso será subirse al auto y encarar el último tramo hasta la capital santiagueña. Bajo el sol abrasador de Las Termas, entre risas y camisetas “rojiblancas”, Iván y Benjamín representan esa postal clásica del fútbol argentino: hinchas que se encuentran en la ruta, comparten kilómetros, broncas e ilusiones, y llegan juntos a una final que promete quedar en la memoria.




















