Elecciones en Tucumán. ARCHIVO LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO
La decisión del gobernador Osvaldo Jaldo de suspender el tratamiento de la reforma electoral este año, y postergar cualquier modificación hasta 2026, desató una dura respuesta de la oposición. El legislador José Cano (UCR) calificó el anuncio como la "consumación de una mentira anunciada" y acusó al Ejecutivo de carecer de voluntad real para transparentar los comicios.
Cano desestimó el argumento oficial sobre la "falta de consenso" y aseguró que se trata de una maniobra dilatoria para blindar el aparato político del PJ de cara a las elecciones intermedias. "Es de una hipocresía absoluta. Jaldo asumió prometiendo la reforma, pasaron dos años de mentiras, y ahora nos dicen que esperemos otros dos. No es que falte consenso, lo que les sobra es miedo a perder los privilegios que les garantizan los acoples y el fraude", remarcó.
Constitución y "letra muerta"
El parlamentario resaltó que la modernización no requiere más debate, sino cumplimiento de la ley. "El voto electrónico figura en la Constitución desde 2007 y es letra muerta. Decir que 'no están dadas las condiciones' es admitir que prefieren seguir votando de manera escandalosa, con boleta de papel y cuartos oscuros que son una trampa", advirtió.
Según Cano, la gravedad institucional radica en que Tucumán volverá a las urnas con el mismo esquema de 2023, caracterizado por la proliferación de partidos satélites que distorsionan la voluntad popular.
"El mensaje es claro, porque quieren mantener sus 20 acoples por lista oficial. Han transformado la Casa de Gobierno en una escribanía de la impunidad electoral", concluyó.




















