27 Marzo 2011
SE ABSTUVIERON. Luego de negarse a declarar, Borges y Martínez fueron devueltos a la División Homicidio y a la Brigada Femenina, respectivamente. LA GACETA / ANTONIO FERRONI-ANALIA JARAMILLO
En móviles policiales, Jorge Luis Borges y Lidia Martínez, los acusados de asesinar al profesor de tenis Pablo Aiziczon, fueron trasladados esta mañana a los Tribunales para que prestaran declaración ante el fiscal Carlos Albaca, pero los sospechosos se negaron. Luego del trámite, ambos fueron devueltos a la División Homicidios y a la Brigada Femenina, respectivamente.
Borges y Martínez fueron detenidos ayer a la madrugada en la casa donde vivían, ubicada en el barrio Ciudad Parque. Ayer, poco después de la 1, la mujer llegó a la casa y, minutos más tarde, lo hizo el hombre en un taxi. Cuando salió, los policías lo interceptaron y lo detuvieron, mientras que Martínez fue aprehendida en el interior de la vivienda.
Los investigadores dieron con este domicilio luego de cruzar varios datos que habían obtenido del sospechoso. Además, revisaron su perfil en la red social Facebook, donde descubrieron una foto en la que aparece junto a su compañera. Fuentes judiciales informaron que a Borges se le imputará el delito de homicidio, y a la mujer el de participación necesaria. En principio, para la Policía el caso está resuelto. LA GACETA ©
Borges y Martínez fueron detenidos ayer a la madrugada en la casa donde vivían, ubicada en el barrio Ciudad Parque. Ayer, poco después de la 1, la mujer llegó a la casa y, minutos más tarde, lo hizo el hombre en un taxi. Cuando salió, los policías lo interceptaron y lo detuvieron, mientras que Martínez fue aprehendida en el interior de la vivienda.
Los investigadores dieron con este domicilio luego de cruzar varios datos que habían obtenido del sospechoso. Además, revisaron su perfil en la red social Facebook, donde descubrieron una foto en la que aparece junto a su compañera. Fuentes judiciales informaron que a Borges se le imputará el delito de homicidio, y a la mujer el de participación necesaria. En principio, para la Policía el caso está resuelto. LA GACETA ©
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