Del fondo de casa llegan ingredientes frescos y naturales

No hace falta una gran inversión para tener una huerta orgánica que provea de alimentos sanos durante el verano. Algunos metros cuadrados bastan para lograr un buen resultado.

 Me deslumbra la tierra. Amelia Pondal participó en un libro sobre comidas del noroeste   argentino.

 GENTILEZA DE DIEGO ARáOZ "Me deslumbra la tierra". Amelia Pondal participó en un libro sobre comidas del noroeste argentino. GENTILEZA DE DIEGO ARáOZ
09 Enero 2013

Se emociona cuando sus cinco nietos le piden que prepare uno de sus ricos guisos con ingredientes de su huerta. Es que el sabor dulzón de sus verduras conquista a todos sus comensales. Cuando tiene definido el menú, Amelia Pondal de Muñoz sale al jardín de su casa en La Quebradita para cosechar zapallitos, lechuga, zanahoria, tomate, pimiento, chaucha amarilla y verde, remolacha, hierbas aromáticas, poroto manteca, cayote, zapallo angola y todo lo que regala la generosa tierra de Tafí del Valle. 


"Hago una pequeña huerta en cada lugar que encuentro libre. Y no desperdicio nada: en mi alacena hay conservas, mermeladas y chutney, que mis tres hijos se llevan a sus hogares. Lo que cultivo en estos canteros alcanza para todo el verano", comentó Amelia a LA GACETA. Un rico abono es su secreto para obtener una cosecha exitosa. "A finales de octubre me instalo para preparar la tierra. De los cerros traigo bosta de oveja; papel; cáscara de papa y huevo (bien triturada); palo y otros desechos orgánicos. Todo vuelve a la tierra, por eso el sabor es diferente", agregó la veraneante. Jorge Seleme no anda con pequeñeces. Su huerta deslumbra por la prolijidad y, también, por su utilidad. "Siembro en diferentes épocas para que nada se desperdicie o se pase. Para mí es como un pasatiempo, pero cualquiera puede hacer una huerta, solo hay que dedicarle tiempo", destacó Jorge. Su recomendación: mover la tierra en invierno; sembrar en primavera y regar mucho. Si aparecen gusanos, revolver la tierra para que "los intrusos" queden al aire y los pájaros se los coman. Así de sencilla y lógica es la producción orgánica.

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TAFÍ BÁSICO

 45$

Arte en cerámica. Los sábados hay indumentaria y todo tipo de objetos en  El Mercadito de Diseño (Lunahuana).

$60

 Mateada de lujo. Los mates de alpaca son una de las especialidades del negocio los Artesanos (av. pte perón).

$28

 Para tu mesa. Los juegos de café o tazas de cerámica esmaltada se venden como pan caliente (Raíces-av. pte. perón).

El maíz es américa

 La tafinista Charo Tolaba recuerda que el maíz es básico en la dieta de los norteños y sudamericanos. "Este cultivo sobrevive al clima frío y no necesita mayores cuidados; se puede almacenar a partir de abril y se lo come como choclo en el verano. Yo no uso agroquímicos: si encuentro gusanos, largo las gallinas para que los limpien. Es una técnica centenaria", explica Charo.

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Pocas frutas                                              

Por una helada tardía, los árboles frutales no ofrecen una buena cosecha en algunos sitios del valle. la del año 2012, en cambio, fue muy abundante.


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