No es otra tonta película de miedo

Cinco jóvenes pasan un fin de semana en una cabaña aislada en el bosque. Pronto serán acechados por fuerzas sobrehumanas que convierten el paseo en una orgía de crímenes y persecuciones; todo esto, bajo el monitoreo de un equipo que maneja una sofisticada tecnología.

02 Febrero 2013
Durante las primeras escenas la película parece un muestrario de lugares comunes en los filmes de terror: la descripción de los cinco jóvenes que se disponen a disfrutar de un fin de semana en una aislada cabaña en el bosque anuncia el festival de sangre que seguramente se desencadenará en cuanto las primeras sombras ganen la pantalla. En efecto, esto ocurre; pero (y aquí está la interesante idea de los guionistas) todo lo que sucede está celosamente monitoreado por un conjunto de técnicos que influyen directamente en el desarrollo de los acontecimientos a través del manejo de una sofisticada tecnología. Poco más se puede adelantar de la trama sin revelar los interesantes giros que propone el guión, que intenta de esta manera avanzar sobre el ya muy transitado terreno de la estructura y el contenido de los filmes de terror. Esta es la mayor virtud del filme, que no ahorra puertas que se cierran solas, hectolitros de sangre, miembros seccionados, zombis asesinos y cuerpos atravesados. En realidad, se trata de una generosa lista de elementos vistos en centenares de filmes del género puesta con aciertos visuales en la pantalla, y con el agregado (en el último tercio del filme) de una galería de monstruos realmente sorprendente.

Lo atractivo de la propuesta es que todo esto está al servicio de una idea sumamente original, que hubiera permitido a los guionistas intentar una verdadera disección de los elementos que componen este tipo de producciones, y reflexionar profundamente acerca del género de los filmes de terror.

La trama, sin embargo, se decanta hacia una suerte de festival gore y propone un remate absolutamente fantástico. Lo cierto es que todo esto se resuelve con acertados recursos cinematográficos y con sorpresivos giros del guión; el entretenimiento, entonces, está asegurado, sobre todo para aquellos que gustan del género. Los que vayan esperando algo más profundo, tal vez sientan algún grado de decepción.

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