"No fuimos denunciados por Bergoglio", dijo Jalics

El jesuita zanjó la disputa por su secuestro en 1976. "Yo me he reconciliado con lo sucedido y considero, por lo menos por mi parte, el asunto cerrado".

EN PAZ. La imagen de Francisco Jalics que difundieron los jesuitas alemanes. EN PAZ. La imagen de Francisco Jalics que difundieron los jesuitas alemanes.
21 Marzo 2013
WILHEMSHTAL, Alemania.- Francisco Jalics, uno de los dos jesuitas secuestrados durante la última dictadura militar, aseguró hoy que el papa Francisco, el argentino Jorge Bergoglio, no lo denunció ante la junta militar. "Estos son los hechos: Orlando Yorio y yo no fuimos denunciados por Bergoglio", afirmó Jalics en un comunicado publicado en la página web de los jesuitas en Alemania.

Poco después de la elección de Bergoglio como papa surgieron informaciones que apuntaban a que éste no ayudó lo suficiente a Jalics y Yorio, que formaban parte de su congregación y que fueron secuestrados y torturados en 1976. Entonces, Bergoglio era el superior provincial de los jesuitas en la Argentina y los curas secuestrados -que fueron liberados meses después- pertenecían a su orden.

Según Jalics, que actualmente vive en una casa espiritual en Baviera, es falso suponer que su secuestro y el de Yorio "se produjeron por iniciativa del padre Bergoglio". "Antes me inclinaba por la idea de que habíamos sido víctimas de una denuncia. Pero a fines de los 90, después de numerosas conversaciones, me quedó claro que esa suposición era infundada", añadió el jesuita.

Jalics aclaró ahora que Yorio y él fueron secuestrados por su conexión con una catequista que primero trabajó junto a ellos y "luego ingresó en la guerrilla". Y agregó que cuando el oficial que lo interrogó vio que había nacido en Budapest "creyó que era un espía ruso".

Tras el cónclave en el que Bergoglio resultó electo, Jalics había publicado un comunicado que tuvo diversas interpretaciones. "No puedo juzgar el papel de Bergoglio en estos sucesos", escribió en ese texto. 

En sus primeras declaraciones, Jalics reconoció que no fue hasta años después de su liberación y de haber dejado Argentina cuando habló sobre lo sucedido con Bergoglio.

"Después celebramos juntos una misa y nos abrazamos solemnemente. Yo me he reconciliado con lo sucedido y considero, por lo menos por mi parte, el asunto cerrado", aseguró sobre su secuestro. (DPA)

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