"Pimpi" Colombo: "La Supercard es una revolución"

La subsecretaria de Defensa del Consumidor defendió el acuerdo con los supermercados. "No hay día 61, como no va a haber día 121", remarcó.

TEORÍA CONSPIRATIVA. La tucumana Pimpi Colombo opinó que los diarios Clarín y La Nación apuetan a que el acuerdo de precios fracase. FOTO TOMADA DE MINUTOUNO.COM TEORÍA CONSPIRATIVA. La tucumana "Pimpi" Colombo opinó que los diarios Clarín y La Nación apuetan a que el acuerdo de precios fracase. FOTO TOMADA DE MINUTOUNO.COM
27 Marzo 2013
BUENOS AIRES.- El Gobierno calificó a la nueva tarjeta Supercard como "una revolución" y descartó una estampida inflacionaria. La subsecretaria de Defensa del Consumidor, la tucumana María Lucila "Pimpi" Colombo, destacó que el acuerdo con los supermercados "es una herramienta que no podrá ser eterna, pero está resultando muy interesante ahora y ha dado resultado excelente". 

En declaraciones radiales, Colombo dijo que los detractores de este congelamiento "han apostado al día 61. No hay día 61, como no va a haber día 121. No va a haber". Consultada sobre evaluaciones de algunas asociaciones de consumidores que advirtieron que subieron los precios de las segundas marcas, contestó: "No sé cuáles serán (las organizaciones), pero te aseguro que ni defienden a los consumidores, ni hacen las compras ni van a ver los precios. No es cierto".

"Esto tiene mal a (los diarios) La Nación y Clarín. Los tiene mal porque ellos tienen apuestas políticas fuertes contrarias al Gobierno. Ellos han apostado sistemáticamente a que el acuerdo para mantener los precios fracase, han apostado al desabastecimiento y no se produjo", indicó la funcionaria.

Colombo dijo ver los beneficios del convenio "con las amas de casa y lo escucho en el 0-800 de la Subsecretaría: no hay problemas con el acuerdo de precios. Se ha cumplido perfectamente. Las provincias también lo están comprobando".

"Lo que pasa es que Clarín viene preparando el terreno para poder anunciar, con el Clarín sonando, una inflación que no es tal y que solamente le conviene a algunos pocos que hacen grandes negocios y se han acostumbrado a hacer", insistió. Según la subsecretaria, "no quiere decir que no tengamos problemas ni dificultades, pero acá, a lo largo de los años, lo que ha ocurrido es que el poder adquisitivo del salario de los trabajadores ha permitido que mejoremos nuestras condiciones de vida, que tengamos eso que se llama movilidad social ascendente, que se pueda vivir cada vez mejor, con mayor ingreso, que los chicos vayan a la escuela, que haya generaciones de nuevos universitarios".
   
Consumo popular

Colombo defendió también la flamante Supercard, que entrará en vigencia el 1 de abril, será gratuita y ofrecerá un límite de compras de $ 3.000 y de $ 1.000, con una tasa máxima de financiación anual de 22%. "Esta tarjeta no es magia: es política destinada a cuidar el consumo popular con distintas herramientas. Esto es una revolución. Muchos sangran por la herida porque están acostumbrados a llevarse la plata de nuestro trabajo. Esto es redistribuir el ingreso y decir que los recursos no vayan siempre a los mismos sectores privilegiados", opinó. Explicó que los supermercados podrán sumar un ahorro "al pasar, de estar pagando ahora una comisión del 3% por cada venta que hacen (a los bancos), a pagar solamente el 1% (al Estado) que es lo necesario para que funcione el sistema, para lo que son las tareas administrativas". Este ahorro, aclaró, "permitirá absorber eventuales aumentos que podría llegar a autorizar la Secretaría de Comercio a partir de la segunda quincena de abril a los proveedores, pero que no se traducirán en precios aumentados a los consumidores".

Reconoció que podría ocurrir que, después del 15 de abril, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, "evalúe que en determinados puntos tienen que autorizarse algunos aumentos y por qué está justificado. Pero ese aumento no se va a trasladar a los precios". Cuando se le preguntó si, en caso de que no bajen las comisiones los bancos, la Supercard podría volverse excluyente, respondió: "Claro, porque es lógico. No puede el supermercado estar pagando dos valores de comisiones distintos, dos costos financieros distintos, porque a la hora de calcular cuál es el precio que tiene que cobrar los productos, tiene que calcular cuánto le cuesta también lo financiero". (DyN)

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