Según una tradición japonesa, más allá de su uso como juguete o como objeto decorativo, el amigurumi pretende alimentar el espíritu del niño que todos llevamos dentro; posee alma y resulta un compañero y confidente de por vida de su dueño, lo protege en sus sueños y en sus diferentes estados de ánimo. Por ello es común verlo en oficinas o en autos, porque son usados como amuletos personales.
Estas figuritas tejidas al crochet ya son tendencia en Argentina; su origen está vinculado a Japón y hoy todos son objetos de apego ligados a conceptos de amistad, complicidad y compañía.
Amigurumi significa "juguete crochet" y desde su origen se han diversificado para todos los gustos; los de animales son los más populares, pero también hay muñecas, artículos para el hogar, personajes famosos... Casi cualquier cosa que puedas imaginar se puede convertir en amigurumi.
"Desde muy chica he tejido todo tipo de puntos. Y buscando técnicas nuevas -nada me había convencido hasta ese momento- encontré el amigurumi en Internet. Me parecieron increíbles, y lo primero que pensé fue 'cómo hace esta gente loca para confeccionarlos'", comentó María Eugenia Arancibia, una contadora tucumana. María Eugenia renunció a su trabajo en un banco para dedicarse de lleno a la venta de esta artesanía (su marca se llama Jamaica y Tamarindo). Desde ese momento se perfeccionó en la técnica con tutoriales de Internet (pero siempre con diseños propios) y con libros que trajo de Estados Unidos (en Argentina en ese momento eran muy poco comunes).
¿Qué gusta de los amigurumis? Para esta artesana tucumana, lo primero que arranca un amigurumi es una expresión de asombro. "Y pensar que sólo necesitás aguja de gancho, un poco de lana y algo de paciencia", destacan los creadores de amigurumi en las redes sociales (hay cientos de páginas dedicadas a esta técnica).
Hay varias formas de empezar a tejer los amigurumis, pero las más usadas son el círculo y la cadeneta. Una vez iniciado el tejido, los puntos se trabajan en espiral, sin unirse al final de cada vuelta (por eso no tiene nudos), creando una figura muy apretada, que posteriormente se rellena con vellón. Los amigurumis se hacen generalmente por partes; es decir, el cuerpo, la cabeza, las extremidades, las orejas, la cola, y luego se cosen las diferentes partes para hacer un muñeco o un animal completo. Generalmente se utiliza hilo de bordar para crear los detalles, elementos decorativos o para hacer los ojos (Jamaica y Tamarindo usa ojos plásticos con seguridad), las orejas u otras partes del amigurumi.
¿Ya estás listo para tomar hilo y aguja y crear un poco de magia?
El paso a paso (con conocimientos básicos)
Lo primero que tenés que hacer es un un círculo de lana pequeño (con tus manos), que será la base de los primeros puntos. Podés iniciar el muñeco con un círculo hecho en punto cadena (foto), pero dejá un hueco en el medio. Insertá la aguja por el centro y hacé unos 6 puntos desde adentro hacia afuera. Ajustá un poco la lana del círculo, para que quede la base para empezar con la pelotita. Luego, tejé 2 puntos por cada punto que hayas colocado; así harás 6 aumentos a la cantidad inicial de puntos. Queda entonces una vuelta con el doble de puntos. Cuando llegás al final de la vuelta continuá tejiendo "en espiral", esto hace que vayas formando un cilindro alrededor del círculo ajustable. Los aumentos en las primeras vueltas deben ser cada vez menos graduales para lograr la base de la esfera. (Fuente: iknitts. com)