23 Abril 2013
ROMA.- Al borde de las lágrimas, el reelecto presidente de Italia, Giorgio Napolitano, se comprometió ayer a "ser fiel a la República y cumplir fielmente su Constitución". A los 87 años, el mandatario juró su segundo período sólo por el pedido expreso de la mayoría de los partidos, ante la imposibilidad de consensuar un reemplazante.
En su primer discurso, el anciano mandatario amenazó con renunciar si los partidos no lograban implementar reformas vitales (como a la disfuncional ley electoral), y atacó duramente sus fracasos, su egoísmo y su irresponsabilidad. Les reclamó que dejen de pelearse y elijan un primer ministro que forme Gobierno sin demoras, en una amplia coalición. Napolitano comenzará hoy una serie "rápida" de reuniones para superar la parálisis tras la elección de febrero, cuando ningún partido obtuvo una mayoría clara en el Parlamento.
Los medios señalaron al ex primer ministro socialista, Giuliano Amato, de 75 años, como el favorito para liderar la nueva administración, que sería una mezcla de tecnócratas y políticos de los partidos tradicionales. Su estabilidad dependerá de las profundas divisiones en el principal grupo de centroizquierda, el Partido Democrático (PD), y a las presiones de la centroderecha de Silvio Berlusconi, que se inclina por una nueva elección. El Movimiento 5 Estrellas, tercera fuerza en el país, se opondrá a un nuevo Gobierno. (Reuters-DPA)
En su primer discurso, el anciano mandatario amenazó con renunciar si los partidos no lograban implementar reformas vitales (como a la disfuncional ley electoral), y atacó duramente sus fracasos, su egoísmo y su irresponsabilidad. Les reclamó que dejen de pelearse y elijan un primer ministro que forme Gobierno sin demoras, en una amplia coalición. Napolitano comenzará hoy una serie "rápida" de reuniones para superar la parálisis tras la elección de febrero, cuando ningún partido obtuvo una mayoría clara en el Parlamento.
Los medios señalaron al ex primer ministro socialista, Giuliano Amato, de 75 años, como el favorito para liderar la nueva administración, que sería una mezcla de tecnócratas y políticos de los partidos tradicionales. Su estabilidad dependerá de las profundas divisiones en el principal grupo de centroizquierda, el Partido Democrático (PD), y a las presiones de la centroderecha de Silvio Berlusconi, que se inclina por una nueva elección. El Movimiento 5 Estrellas, tercera fuerza en el país, se opondrá a un nuevo Gobierno. (Reuters-DPA)
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