Por Eduardo Herrera
29 Abril 2013
JOYA COLOMBIANA. Álvarez Balanta logró su segundo gol con el "millonario". Ayer había puesto en ventaja a su equipo.
River se regodeaba en una noche que parecía perfecta. Le ganaba bien a Quilmes con un golazo de su nueva gema, Eder Álvarez Balanta, se ponía a dos puntos de Newell's, hasta hoy dueño absoluto de la vanguardia, y conseguía un plus anímico para afrontar el superclásico del domingo. Pero apareció Cauteruccio para estropearle el festejo y rescatar un punto de oro para el "cervecero", que da pelea por quedarse en Primera.
Ya se iba el tiempo reglamentario en El Monumental cuando el derechazo del 9 quilmeño se asemejó a un mazazo para el "millonario". Y en el agregado, cuando restaban siete segundos de los cuatro minutos que dio Maglio, Funes Mori definió torpemente una magnífica oportunidad para estampar el 2 a 1. Del triunfo logrado siete días antes en Mendoza sobre Godoy Cruz y del papelón de entresemana por la Copa Argentina (eliminado por Estudiantes de Caseros), a River lo urgía mejorar su juego y, por sobre todo, ganar.
A puro vértigo planteó el partido. Por ambos costados (con Iturbe-Sánchez por la derecha, Vangioni-Álvarez Balanta del otro lado), se insinuaba agresivo en el ataque, pero se excedía en revoluciones y perdía precisión en los metros finales.
Lo mismo dejaba la sensación de estar más cerca del gol. Mercado metió un frentazo que devolvió el horizontal y en una contra aislada, Elizari armó una gran jugada que un correcto achique de Barovero impidió terminar en su arco. Llegó el segundo tiempo y River fue arrinconando cada vez más a Quilmes contra su área. Copaba el medio, Vangioni seguía con sus corridas electrizantes y se hacía imparable. Todo a un solo ritmo, claro. El colombiano Álvarez Balanta provocó el estallido "millonario" con un testazo a "lo Passarella". Merecía más que su rival, es cierto, pero no cerró el resultado y perdió la oportunidad de prenderse más arriba aún.
Ya se iba el tiempo reglamentario en El Monumental cuando el derechazo del 9 quilmeño se asemejó a un mazazo para el "millonario". Y en el agregado, cuando restaban siete segundos de los cuatro minutos que dio Maglio, Funes Mori definió torpemente una magnífica oportunidad para estampar el 2 a 1. Del triunfo logrado siete días antes en Mendoza sobre Godoy Cruz y del papelón de entresemana por la Copa Argentina (eliminado por Estudiantes de Caseros), a River lo urgía mejorar su juego y, por sobre todo, ganar.
A puro vértigo planteó el partido. Por ambos costados (con Iturbe-Sánchez por la derecha, Vangioni-Álvarez Balanta del otro lado), se insinuaba agresivo en el ataque, pero se excedía en revoluciones y perdía precisión en los metros finales.
Lo mismo dejaba la sensación de estar más cerca del gol. Mercado metió un frentazo que devolvió el horizontal y en una contra aislada, Elizari armó una gran jugada que un correcto achique de Barovero impidió terminar en su arco. Llegó el segundo tiempo y River fue arrinconando cada vez más a Quilmes contra su área. Copaba el medio, Vangioni seguía con sus corridas electrizantes y se hacía imparable. Todo a un solo ritmo, claro. El colombiano Álvarez Balanta provocó el estallido "millonario" con un testazo a "lo Passarella". Merecía más que su rival, es cierto, pero no cerró el resultado y perdió la oportunidad de prenderse más arriba aún.
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