27 Mayo 2013
"DOCTOR SOLIDARIDAD". Abel Albino, fundador de Conin, en el centro de la fundación Nutrir que aplica el modelo en niños de 0 a cinco años. LA GACETA / FOTOS DE INES QUINTEROS ORIO
Le recomendaron que se quedara en Mendoza para hacer reposo. Pero el "Doctor Solidaridad" -como se lo conoce desde la crisis de 2001- creía que le iba a doler más el corazón recién operado (le pusieron dos stends) si no aceptaba la invitación de venir a Tucumán. Aquí, el doctor Abel Albino hizo el último año de la secundaria (en la Escuela Normal) y cursó primero Derecho (algunos años) y después Medicina (en la UNT). Esta última carrera fue la que le permitió estudiar a fondo las consecuencias de la desnutrición no sólo en los niños, sino también en la vida del país.
Esta vez llegó a Tucumán con dos objetivos: apoyar el lanzamiento de la Escuela de Líderes Sociales del Arzobispado y visitar local de la Fundación Nutrir, que aplica el modelo Conin (Cooperadora para la Nutrición Infantil).
- ¿En Argentina seguimos hablando de desnutrición?
- Por supuesto que tenemos desnutrición. Un indicador indirecto es la mortalidad infantil. Y nosotros tenemos un abanico que va desde 4.8 por mil en Tierra del Fuego hasta 20 por mil en Formosa. La media sería 15 x 1.000, más o menos. No parece mucho, pero si tenemos en cuenta que Chile tiene una tasa de 7 x 1.000 y nosotros el doble, ¡esto es un papelón para la Argentina! Tenemos un país rico y grande, poderoso; no deberíamos tener pobreza. - ¿Cuáles son las causas?- Por regla general, la desnutrición que afecta a los chicos por debajo de los seis años depende de terceros, no tienen medios o no tienen la educación o formación suficiente. Por eso, desde Conin apuntamos a la educación. Cuando hay educación, hay trabajo. Es la única salida que tiene el país. Una persona que tiene cabeza para resolver conflictos tuvo un buen alimento, el mimo, el afecto, la contención, todo eso que recibió le ha dado una seguridad y una suficiencia en la vida que le permite salir a la calle con el pie derecho, porque su cerebro está en condiciones de ser educado.
- Usted hace una relación entre desnutrición, educación y delincuencia ...
- Sí, un chico desnutrido ve cercenada sus posibilidades de educación. Si tiene desarrollado su cerebro en un 10, 20, 30, 40 o 50% esas son sus posibilidades. Es decir, aprenderá a sumar y restar, pero no a multiplicar ni a dividir, jamás entenderá el Teorema de Pitágoras ni irá a la universidad. Ahí nos quedamos. Un gran país se hace con miles de niños leyendo, pero para poder leer y escribir hay que tener cerebro, y si uno tiene un cerebro insuficiente, las posibilidades son mucho menores. Ese chico va a estar condenado al desempleo y al subempleo. Por otro lado, el 80% de los criminales de Mendoza han sido desnutridos en segundo y tercer grado. El 75% de los presos de las cárceles en Buenos Aires no tienen la escuela primaria completa ¡Esos datos nos gritan algo! ¡Lo debemos considerar!
- ¿Qué opina de las políticas sociales para la erradicación de la desnutrición?
- Mire, los planes sociales son buenos, siempre y cuando estimulen el trabajo. En la emergencia estamos de acuerdo, ¡pero no pueden permanecer de por vida! ¡La gente tiene que tener la posibilidad de educarse y, educada, obtener trabajo! Si estas políticas fueran muy buenas yo no tendría razón de existir, ¿para qué crear centros Conin? Y, sin embargo, ocurre lo contrario. Tenemos 51 centros de prevención y cinco en el extranjero y ahora voy a inaugurar otros dos centros más en Buenos Aires.
"Atendemos a unos 100 niños de cero a cinco años y a sus madres. La cifra no es impresionante, porque más que en la cantidad nos focalizamos en un trabajo profundo en cada familia", explica Soledad Gettas de Japaze (foto), presidenta de la Fundación Nutrir. La entidad, de pasaje Caseros 1050, altura avenida Belgrano, entre Bulnes y Viamonte, trabaja con dos programas: Conin y AME (Ayuda a la Mujer Embarazada).
"Nos dedicamos a familias en extrema condición de pobreza, con niños que están a cargo de un adulto analfabeto, que viven en casas donde el agua está fuera de la vivienda y el piso es de tierra", afirma. Cada niño es evaluado por un equipo interdisciplinario (integrado por pediatra, nutricionista, asistente social, fonoaudiólogo y psicólogo) para medir su riesgo social. Luego se integra ya sea a las salitas maternales o de infantes para la estimulación temprana. Mientras tanto, las madres reciben educación a través de talleres de alfabetización, cocina y costura.
La fundación trabaja con el aporte de la comunidad. Quienes deseen ayudar pueden hacer su donación en la caja de ahorro del Banco Macro N° 414009412176404. U ofrecer su trabajo en [email protected]. Más información en Facebook: nutrir fundación.
Esta vez llegó a Tucumán con dos objetivos: apoyar el lanzamiento de la Escuela de Líderes Sociales del Arzobispado y visitar local de la Fundación Nutrir, que aplica el modelo Conin (Cooperadora para la Nutrición Infantil).
- ¿En Argentina seguimos hablando de desnutrición?
- Por supuesto que tenemos desnutrición. Un indicador indirecto es la mortalidad infantil. Y nosotros tenemos un abanico que va desde 4.8 por mil en Tierra del Fuego hasta 20 por mil en Formosa. La media sería 15 x 1.000, más o menos. No parece mucho, pero si tenemos en cuenta que Chile tiene una tasa de 7 x 1.000 y nosotros el doble, ¡esto es un papelón para la Argentina! Tenemos un país rico y grande, poderoso; no deberíamos tener pobreza. - ¿Cuáles son las causas?- Por regla general, la desnutrición que afecta a los chicos por debajo de los seis años depende de terceros, no tienen medios o no tienen la educación o formación suficiente. Por eso, desde Conin apuntamos a la educación. Cuando hay educación, hay trabajo. Es la única salida que tiene el país. Una persona que tiene cabeza para resolver conflictos tuvo un buen alimento, el mimo, el afecto, la contención, todo eso que recibió le ha dado una seguridad y una suficiencia en la vida que le permite salir a la calle con el pie derecho, porque su cerebro está en condiciones de ser educado.
- Usted hace una relación entre desnutrición, educación y delincuencia ...
- Sí, un chico desnutrido ve cercenada sus posibilidades de educación. Si tiene desarrollado su cerebro en un 10, 20, 30, 40 o 50% esas son sus posibilidades. Es decir, aprenderá a sumar y restar, pero no a multiplicar ni a dividir, jamás entenderá el Teorema de Pitágoras ni irá a la universidad. Ahí nos quedamos. Un gran país se hace con miles de niños leyendo, pero para poder leer y escribir hay que tener cerebro, y si uno tiene un cerebro insuficiente, las posibilidades son mucho menores. Ese chico va a estar condenado al desempleo y al subempleo. Por otro lado, el 80% de los criminales de Mendoza han sido desnutridos en segundo y tercer grado. El 75% de los presos de las cárceles en Buenos Aires no tienen la escuela primaria completa ¡Esos datos nos gritan algo! ¡Lo debemos considerar!
- ¿Qué opina de las políticas sociales para la erradicación de la desnutrición?
- Mire, los planes sociales son buenos, siempre y cuando estimulen el trabajo. En la emergencia estamos de acuerdo, ¡pero no pueden permanecer de por vida! ¡La gente tiene que tener la posibilidad de educarse y, educada, obtener trabajo! Si estas políticas fueran muy buenas yo no tendría razón de existir, ¿para qué crear centros Conin? Y, sin embargo, ocurre lo contrario. Tenemos 51 centros de prevención y cinco en el extranjero y ahora voy a inaugurar otros dos centros más en Buenos Aires.
"Atendemos a unos 100 niños de cero a cinco años y a sus madres. La cifra no es impresionante, porque más que en la cantidad nos focalizamos en un trabajo profundo en cada familia", explica Soledad Gettas de Japaze (foto), presidenta de la Fundación Nutrir. La entidad, de pasaje Caseros 1050, altura avenida Belgrano, entre Bulnes y Viamonte, trabaja con dos programas: Conin y AME (Ayuda a la Mujer Embarazada).
"Nos dedicamos a familias en extrema condición de pobreza, con niños que están a cargo de un adulto analfabeto, que viven en casas donde el agua está fuera de la vivienda y el piso es de tierra", afirma. Cada niño es evaluado por un equipo interdisciplinario (integrado por pediatra, nutricionista, asistente social, fonoaudiólogo y psicólogo) para medir su riesgo social. Luego se integra ya sea a las salitas maternales o de infantes para la estimulación temprana. Mientras tanto, las madres reciben educación a través de talleres de alfabetización, cocina y costura.
La fundación trabaja con el aporte de la comunidad. Quienes deseen ayudar pueden hacer su donación en la caja de ahorro del Banco Macro N° 414009412176404. U ofrecer su trabajo en [email protected]. Más información en Facebook: nutrir fundación.