30 Mayo 2013
CARA A CARA. El villano (John Goodman) tiene contra las cuerdas a Stu, a Alan y a Phil. ¿Y después qué?
La decapitación de la jirafa es el momento cumbre del tráiler. Con semejante zanahoria delante, ¿a quién se le ocurriría perderse el capítulo final de la historia de Phil, Alan y Stu? Sí, acá se termina todo. Lo remarcó Todd Phillips, director y alma mater de este proyecto, y lo subrayaron los protagonistas. Bradley Cooper en especial, teniendo en cuenta que la postulación al Oscar (por "El lado bueno de las cosas") implicó para él un cambio de pantalla.
De todos modos, en este caso la historia está más enfocada en Alan (Zach Galifianakis), quien ha perdido a su papá y recurre a sus amigos para atravesar el duelo. No hay despedida de soltero a esta altura de la saga; es más bien una road movie con un villano (John Goodman) decidido a cobrar una deuda y la manada, como siempre, envuelta en toda clase de problemas. El secuestro de Doug (Justin Bartha) es apenas el comienzo del enredo.
Para el rol de Goodman se había apuntado primero a Sean Penn y a Robert Downey Jr. Que Phillips se haya decantado por semejante actor merece más de un aplauso.
Habrá que ver si esta tercera parte esta a la altura de la primera película. Las críticas a la secuela apuntaron, básicamente, a la repetición de fórmulas. Para todos esos detractores Phillips les preparó una sorpresa al final. Más que nunca está prohibido levantarse de la butaca hasta que terminen de pasar los títulos.
Además de Goodman entrará en escena la magnífica Melissa McCarthy. Y vuelve a aparecer Jade (Heather Graham), la fugaz esposa de Stu durante aquella aventura de Las Vegas. Y no estará sola...
Claro que los incondicionales de la franquicia tienen un ídolo: Mr. Chow (Ken Jeong). La irrupción en pantalla de Chow promete ser antológica. A propósito, y ya que están de moda los spin-offs en Hollywood, ¿no merece Chow su propia película?
La tercera parte de "¿Qué pasó ayer?" recaudó 62 millones de dólares durante la primera semana de exhibición en Estados Unidos. Green Hat y Legendary Pictures gastaron 41 millones para rodarla. Negocio por donde se lo mire.
Como en toda despedida siempre hay un poquito de nostalgia flotando. Phillips no se priva de trabajar un poco a sus personajes, en especial a Alan, quien a fin de cuentas siempre fue el disparador de las resacas y de las desventuras subsiguientes. Claro, sin perder la irreverencia, el homenaje a la comedia física ni la certeza de que la amistad es capaz de tensar todas las cuerdas.
De todos modos, en este caso la historia está más enfocada en Alan (Zach Galifianakis), quien ha perdido a su papá y recurre a sus amigos para atravesar el duelo. No hay despedida de soltero a esta altura de la saga; es más bien una road movie con un villano (John Goodman) decidido a cobrar una deuda y la manada, como siempre, envuelta en toda clase de problemas. El secuestro de Doug (Justin Bartha) es apenas el comienzo del enredo.
Para el rol de Goodman se había apuntado primero a Sean Penn y a Robert Downey Jr. Que Phillips se haya decantado por semejante actor merece más de un aplauso.
Habrá que ver si esta tercera parte esta a la altura de la primera película. Las críticas a la secuela apuntaron, básicamente, a la repetición de fórmulas. Para todos esos detractores Phillips les preparó una sorpresa al final. Más que nunca está prohibido levantarse de la butaca hasta que terminen de pasar los títulos.
Además de Goodman entrará en escena la magnífica Melissa McCarthy. Y vuelve a aparecer Jade (Heather Graham), la fugaz esposa de Stu durante aquella aventura de Las Vegas. Y no estará sola...
Claro que los incondicionales de la franquicia tienen un ídolo: Mr. Chow (Ken Jeong). La irrupción en pantalla de Chow promete ser antológica. A propósito, y ya que están de moda los spin-offs en Hollywood, ¿no merece Chow su propia película?
La tercera parte de "¿Qué pasó ayer?" recaudó 62 millones de dólares durante la primera semana de exhibición en Estados Unidos. Green Hat y Legendary Pictures gastaron 41 millones para rodarla. Negocio por donde se lo mire.
Como en toda despedida siempre hay un poquito de nostalgia flotando. Phillips no se priva de trabajar un poco a sus personajes, en especial a Alan, quien a fin de cuentas siempre fue el disparador de las resacas y de las desventuras subsiguientes. Claro, sin perder la irreverencia, el homenaje a la comedia física ni la certeza de que la amistad es capaz de tensar todas las cuerdas.