30 Julio 2013
Un informe judicial revela que un edificio del penal de Villa Urquiza está al borde del colapso
La estructura se está torciendo y se está cayendo la mampostería, además son pésimas las condiciones higiénicas de baños y de cloacas. La jueza de Cámara Penal, María del Pilar Prieto, elevó a la Corte Suprema de Justicia un informe con datos del relevamiento que se realizó el jueves. Precariedad
Apenas se traspasa el portón de acceso a la Unidad 1 del Penal de Villa Urquiza, comienza a notarse el deterioro del edificio. Cables de distintos tamaños y colores, hierros herrumbrados, paredes y mamposterías destruidas y el agua de las cloacas inundando el pasillo central.
Los datos surgen de un relevamiento realizado el jueves por orden de la jueza de la Sala IV de la Cámara Penal María del Pilar Prieto, quien informó a la Corte Suprema de Justicia que el pabellón está al borde del colapso.
"La falta de higiene se aprecia en paredes y pisos, lo que ocasiona un espectáculo desagradable a todos los sentidos, principalmente a la vista y el olfato", afirmó Prieto en el escrito presentado el viernes al presidente de la Corte Suprema, Antonio Estofán, y al que tuvo acceso LA GACETA.
Instalaciones eléctricas
Los empleados de la Sala Penal que asistieron al penal, ubicado en México al 1.200, consignaron en el informe que las instalaciones eléctricas son precarias y que habrían sido realizadas por los mismos internos según sus necesidades, sin criterios de seguridad, "abundando cables de distintos tipos, colores y grosores e, incluso, alambres desnudos destinados impropiamente a la conducción de la electricidad".
No es necesario conocer de arquitectura o de ingeniería para detectar, según el relevamiento, que la estructura de la Unidad I se encuentra decadente. "Se observan hierros estructurales al descubierto y herrumbrados, caída continua de mampostería, humedad evidente e, inclusive, un torcimiento destacable del edificio generando un apoyo irregular sobre la pared oeste que se denota en el torcimiento de las rejas que obran instaladas en la misma", describió Prieto en el informe.
Por la humedad en las paredes, las autoridades del servicio penitenciario provincial ya habían tenido que clausurar preventivamente dos celdas, lo que redujo la capacidad operativa de la cárcel.
La jueza de Cámara consideró que las instalaciones están colapsadas y advirtió que está en peligro la integridad física de los presos, de los guardiacárceles y de las visitas.
"Las lesiones o muertes, aún dejando de lado mínimos criterios de humanidad, supondrían un costo político y consecuencias jurídicas de importancia para todos quienes, de una u otra manera, nos encontramos ligados a la institución carcelaria", consideró la magistrada.
Baños y cloacas
"Letrinas malolientes, continuamente inundados y desprovistos de toda capacidad de procesamiento de las deposiciones de los internos". Así describió el personal que realizó el informe que ordenó Prieto a los baños del pabellón, los cuales carecen de cerramientos que garanticen un grado mínimo de privacidad.
El espacio asignado para la higiene de los presos consiste en un caño de PVC, del cual se desprende un hilo de agua helada destinada al baño periódico. "No nos animaríamos a llamarlos duchas", consideraron los empleados judiciales.
"Estas mismas instalaciones putrefactas son las que utilizan familiares y allegados, entre los que se cuentan niños y mujeres, durante los días de visitas, con el peligro actual de contraer enfermedades relacionadas con la total ausencia de higiene de las mismas", se detalla en el escrito que se encuentra en poder de la Corte Suprema.
Las cloacas, por su parte, están colapsadas y su contenido rebalsa a lo largo del pasillo principal. Los presos y los guardias conviven día y noche con un olor putrefacto. Este aspecto encuentra su razón de ser, de acuerdo al relevamiento, en lo añejo de la instalación cloacal y en el adosamiento sucesivo de nuevas derivaciones a medida que se fueron construyendo o ampliando otras unidades.
Un "infierno"
Prieto recordó que el filósofo Miguel Ángel Ciuro Caldani dijo que en las puertas de las penitenciarías debería ponerse un cartel que diga "infierno". "Si eso es un infierno, de allí sólo podrán salir demonios; demonios perfeccionados, habituados, que lejos de socializarse y encontrar cabida en el mundo exterior, por ello mismo, volverán a delinquir ... y eso, aunque a nadie pareciera importarle, va necesariamente en contra de nuestra seguridad tan cacareada", concluyó su informe la jueza de Cámara.
Los datos surgen de un relevamiento realizado el jueves por orden de la jueza de la Sala IV de la Cámara Penal María del Pilar Prieto, quien informó a la Corte Suprema de Justicia que el pabellón está al borde del colapso.
"La falta de higiene se aprecia en paredes y pisos, lo que ocasiona un espectáculo desagradable a todos los sentidos, principalmente a la vista y el olfato", afirmó Prieto en el escrito presentado el viernes al presidente de la Corte Suprema, Antonio Estofán, y al que tuvo acceso LA GACETA.
Instalaciones eléctricas
Los empleados de la Sala Penal que asistieron al penal, ubicado en México al 1.200, consignaron en el informe que las instalaciones eléctricas son precarias y que habrían sido realizadas por los mismos internos según sus necesidades, sin criterios de seguridad, "abundando cables de distintos tipos, colores y grosores e, incluso, alambres desnudos destinados impropiamente a la conducción de la electricidad".
No es necesario conocer de arquitectura o de ingeniería para detectar, según el relevamiento, que la estructura de la Unidad I se encuentra decadente. "Se observan hierros estructurales al descubierto y herrumbrados, caída continua de mampostería, humedad evidente e, inclusive, un torcimiento destacable del edificio generando un apoyo irregular sobre la pared oeste que se denota en el torcimiento de las rejas que obran instaladas en la misma", describió Prieto en el informe.
Por la humedad en las paredes, las autoridades del servicio penitenciario provincial ya habían tenido que clausurar preventivamente dos celdas, lo que redujo la capacidad operativa de la cárcel.
La jueza de Cámara consideró que las instalaciones están colapsadas y advirtió que está en peligro la integridad física de los presos, de los guardiacárceles y de las visitas.
"Las lesiones o muertes, aún dejando de lado mínimos criterios de humanidad, supondrían un costo político y consecuencias jurídicas de importancia para todos quienes, de una u otra manera, nos encontramos ligados a la institución carcelaria", consideró la magistrada.
Baños y cloacas
"Letrinas malolientes, continuamente inundados y desprovistos de toda capacidad de procesamiento de las deposiciones de los internos". Así describió el personal que realizó el informe que ordenó Prieto a los baños del pabellón, los cuales carecen de cerramientos que garanticen un grado mínimo de privacidad.
El espacio asignado para la higiene de los presos consiste en un caño de PVC, del cual se desprende un hilo de agua helada destinada al baño periódico. "No nos animaríamos a llamarlos duchas", consideraron los empleados judiciales.
"Estas mismas instalaciones putrefactas son las que utilizan familiares y allegados, entre los que se cuentan niños y mujeres, durante los días de visitas, con el peligro actual de contraer enfermedades relacionadas con la total ausencia de higiene de las mismas", se detalla en el escrito que se encuentra en poder de la Corte Suprema.
Las cloacas, por su parte, están colapsadas y su contenido rebalsa a lo largo del pasillo principal. Los presos y los guardias conviven día y noche con un olor putrefacto. Este aspecto encuentra su razón de ser, de acuerdo al relevamiento, en lo añejo de la instalación cloacal y en el adosamiento sucesivo de nuevas derivaciones a medida que se fueron construyendo o ampliando otras unidades.
Un "infierno"
Prieto recordó que el filósofo Miguel Ángel Ciuro Caldani dijo que en las puertas de las penitenciarías debería ponerse un cartel que diga "infierno". "Si eso es un infierno, de allí sólo podrán salir demonios; demonios perfeccionados, habituados, que lejos de socializarse y encontrar cabida en el mundo exterior, por ello mismo, volverán a delinquir ... y eso, aunque a nadie pareciera importarle, va necesariamente en contra de nuestra seguridad tan cacareada", concluyó su informe la jueza de Cámara.