25 Agosto 2013
SANTIAGO DEL ESTERO.- Un tribunal santiagueño dictó la falta de mérito para un donante de sangre que era portador de HIV, aunque no lo sabía en ese momento, y de una bioquímica que realizó el control de la muestra antes de que fuera transfundida a una niña que contrajo la enfermedad, al considerar de que ninguno de los dos tuvo una actitud dolosa.
La resolución fue dictada por la Cámara de Apelaciones y de Control en lo Penal de la Justicia provincial, en una causa que comenzó a sustanciarse en 2007, cuando se descubrió que la nena padecía sida y se estableció que se había contagiado al recibir una transfusión sanguínea cuando estaba internada en el Centro Provincial de Salud Infantil.
Para los magistrados, la profesional y el donante, un trabajador golondrina, no tuvieron una actitud dolosa como para que se avanzara en el proceso judicial contra ambos.
Fuentes judiciales reseñaron que el 24 de mayo de 2006 el donante desconocía que era portador de HIV en ese momento.
La sangre que donó fue aplicada a la nena el 9 de junio de ese mismo año.
Poco más de un año después, en agosto de 2007, se confirmó que ella estaba infectada por el virus. Recién el 28 de ese mes y año, el hombre supo que estaba enfermo de sida y empezó el tratamiento con retrovirales.
En su momento, una jueza de instrucción lo había procesado por supuesto falso testimonio; lesiones graves culposas y propagación de enfermedad peligrosa y contagiosa culposa en concurso ideal de delitos.
En cuanto a la encargada de sección Serología del hospital Regional Ramón Carrillo, Virginia De Nápoli, donde se efectuó el control de rutina de la sangre y no se detectó la presencia del VIH, los magistrados concluyeron que la bioquímica había seguido los protocolos establecidos y que no hubo un resultado positivo porque el virus se encontraba en el período ventana. (DYN)
La resolución fue dictada por la Cámara de Apelaciones y de Control en lo Penal de la Justicia provincial, en una causa que comenzó a sustanciarse en 2007, cuando se descubrió que la nena padecía sida y se estableció que se había contagiado al recibir una transfusión sanguínea cuando estaba internada en el Centro Provincial de Salud Infantil.
Para los magistrados, la profesional y el donante, un trabajador golondrina, no tuvieron una actitud dolosa como para que se avanzara en el proceso judicial contra ambos.
Fuentes judiciales reseñaron que el 24 de mayo de 2006 el donante desconocía que era portador de HIV en ese momento.
La sangre que donó fue aplicada a la nena el 9 de junio de ese mismo año.
Poco más de un año después, en agosto de 2007, se confirmó que ella estaba infectada por el virus. Recién el 28 de ese mes y año, el hombre supo que estaba enfermo de sida y empezó el tratamiento con retrovirales.
En su momento, una jueza de instrucción lo había procesado por supuesto falso testimonio; lesiones graves culposas y propagación de enfermedad peligrosa y contagiosa culposa en concurso ideal de delitos.
En cuanto a la encargada de sección Serología del hospital Regional Ramón Carrillo, Virginia De Nápoli, donde se efectuó el control de rutina de la sangre y no se detectó la presencia del VIH, los magistrados concluyeron que la bioquímica había seguido los protocolos establecidos y que no hubo un resultado positivo porque el virus se encontraba en el período ventana. (DYN)