28 Agosto 2013
REACCIONES. Luis Ballesteros escribió carteles de protesta dentro del local. LA GACETA / FOTO DE JOSE INESTA
Pasaron cuatro días, pero todavía se despierta sobresaltado en medio de la noche sintiendo un disparo en el pecho. Luis Atilio Ballesteros dice que volvió a nacer el sábado, cuando quisieron asaltarlo en su farmacia y un delincuente gatilló. La bala no salió y los ladrones escaparon. El farmacéutico afirma que no quiere quedarse de brazos cruzados, ya que es el cuarto asalto que sufre en el local.
Ballesteros trabaja en la farmacia "Portal del Cerro", ubicada en Solano Vera 207, Yerba Buena. El negocio es propiedad de su esposa, pero él como farmacéutico está casi todo el día detrás del mostrador.
El intento de asalto del sábado fue cometido por una pareja. Eran las 16.30 cuando una mujer se acercó a la puerta de blindex de la farmacia y miró hacia el interior del local. Luego fue hacia la ventanilla por donde atendían. "Yo estaba atrás del mostrador y ella me pidió que le abriera urgente la puerta, que necesitaba comprar un regalito para un cumpleaños", contó el farmacéutico.
En motocicleta
Como estaba de turno, Ballesteros le respondió que sólo podía atenderla por la ventanilla. Mientras tanto, un hombre se había bajado de una moto Honda Storm negra, según consta en la denuncia que realizó el farmacéutico en la comisaría de Yerba Buena.
Cuando Ballesteros se acercó a la ventanilla, el hombre lo tomó de la chaqueta y le puso el arma en el pecho, exigiéndole que abriera. "Mi primera reacción fue manotear para sacármelo de encima y escuché cuando apretó el gatillo. Por suerte el disparo no salió. Cerré fuerte la puerta y volví a sentir que accionó el gatillo. Después se fueron en la moto", comentó. Añadió que esa situación la revive en sus sueños cada noche.
Lo primero que hizo el farmacéutico fue llamar a su hija. La Policía llegó tres o cuatro minutos más tarde. Ballesteros contó que no pudo moverse de la farmacia hasta las 21, porque debían llegar proveedores y tenía que entregar pedidos. Luego cerró, a pesar de que estaba de turno y tendría que haber atendido hasta las 8 del domingo.
Antes de retirarse, de puño y letra escribió tres carteles. Dos estuvieron dirigidos al intendente de Yerba Buena, Daniel Toledo, y al gobernador, José Alperovich, en los que les reclamó por más seguridad. El tercer cartel lo dirigió a los clientes: "Por favor sepan entender mi decisión. Primero está la seguridad mía para poder atenderlos a ustedes", escribió Ballesteros.
Ballesteros trabaja en la farmacia "Portal del Cerro", ubicada en Solano Vera 207, Yerba Buena. El negocio es propiedad de su esposa, pero él como farmacéutico está casi todo el día detrás del mostrador.
El intento de asalto del sábado fue cometido por una pareja. Eran las 16.30 cuando una mujer se acercó a la puerta de blindex de la farmacia y miró hacia el interior del local. Luego fue hacia la ventanilla por donde atendían. "Yo estaba atrás del mostrador y ella me pidió que le abriera urgente la puerta, que necesitaba comprar un regalito para un cumpleaños", contó el farmacéutico.
En motocicleta
Como estaba de turno, Ballesteros le respondió que sólo podía atenderla por la ventanilla. Mientras tanto, un hombre se había bajado de una moto Honda Storm negra, según consta en la denuncia que realizó el farmacéutico en la comisaría de Yerba Buena.
Cuando Ballesteros se acercó a la ventanilla, el hombre lo tomó de la chaqueta y le puso el arma en el pecho, exigiéndole que abriera. "Mi primera reacción fue manotear para sacármelo de encima y escuché cuando apretó el gatillo. Por suerte el disparo no salió. Cerré fuerte la puerta y volví a sentir que accionó el gatillo. Después se fueron en la moto", comentó. Añadió que esa situación la revive en sus sueños cada noche.
Lo primero que hizo el farmacéutico fue llamar a su hija. La Policía llegó tres o cuatro minutos más tarde. Ballesteros contó que no pudo moverse de la farmacia hasta las 21, porque debían llegar proveedores y tenía que entregar pedidos. Luego cerró, a pesar de que estaba de turno y tendría que haber atendido hasta las 8 del domingo.
Antes de retirarse, de puño y letra escribió tres carteles. Dos estuvieron dirigidos al intendente de Yerba Buena, Daniel Toledo, y al gobernador, José Alperovich, en los que les reclamó por más seguridad. El tercer cartel lo dirigió a los clientes: "Por favor sepan entender mi decisión. Primero está la seguridad mía para poder atenderlos a ustedes", escribió Ballesteros.
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