"Por una colilla empieza todo"

Ramón Imbert, jefe de los Gauardaparques de la UNT, asegura que un simple descuido puede desencadenar un desastre.

A LA DISTANCIA. Como si fuese un volcán, el humo sale de las montañas. LA GACETA / FOTO DE ALVARO MEDINA A LA DISTANCIA. Como si fuese un volcán, el humo sale de las montañas. LA GACETA / FOTO DE ALVARO MEDINA
12 Septiembre 2013
"Un simple descuido, como arrojar por la ventanilla del auto la colilla de un cigarrillo, es suficiente para que el cerro San Javier arda otra vez en llamas. Se debe a que la abundante vegetación de la zona se encuentra sumamente perjudicada por la sequía que afecta en este momento a la provincia". Así lo explicó a LA GACETA el jefe de Guardaparques de San Javier, Ramón Imbert.

El experto junto a sus compañeros y las diferentes dotaciones de bomberos que se sumaron a colaborar, se encuentra trabajando desde el lunes para impedir el avance del fuego. La tarea es ardua y muchos están cansados. Sin embargo, no pueden descuidarse ni un segundo.

"Todavía quedaron dos o tres focos pequeños por el sector sur y hay que seguir trabajando", contó anoche Imbert. Si bien remarcó que la situación no era preocupante, aclaró que durante la madrugada permanecería una guardia en la zona. "Tendremos que tratar de extinguirlo mañana (por hoy) -agregó- porque de noche se hace difícil y es peligroso".

A las 7 de hoy, bomberos, guardaparques y otros colaboradores estarán nuevamente en el cerro, listos para continuar con su tarea.

"Hay que ver si las condiciones meteorológicas nos acompañan", comentó Imbert, con tono de preocupación. Es que si la temperatura continúa en ascenso y el viento cobra fuerza -explicó- será difícil acabar con el fuego y evitar que se propague. El jefe de Guardaparques quiso llevar tranquilidad a las personas que habitan al pie del cerro y aseguró que las pequeñas llamas que quedan se encuentran en sectores alejados a las casas.

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