BUENOS AIRES.- El sacerdote Julio César Grassi deberá cumplir prisión efectiva por la pena de corrupción de menores y abuso sexual agravado por la que se lo condenó durante 15 años. De este modo perdió el beneficio de libertad vigilada que tenía, una resolución extraordinaria para un condenado a un delito grave. A esto lo definió hoy tras la audiencia de partes el Tribunal Oral Criminal N° 1 de Morón. Así lo anunció la jueza Mariana Maldonado, junto a sus colegas Claudio Chaminade y Pablo Lucero.
Grassi quedó a disposición del servicio penitencial bonaerense, que definió que el cura será destinado a la Unidad 39 de Ituzaingó. La defensa de Grassi apelaría la sentencia.
El abogado Juan Carlos Malvicini, defensor de Grassi, había rechazado ante el tribunal el planteo de detención del sacerdote, y le reclamó a los jueces "que cumplan su tarea, aplicando la ley, porque no existe riesgo procesal alguno" que impida la libertad del cura.
Previo a la resolución del tribunal, las partes esgrimieron sus argumentos. El abogado querellante, Sergio Piris, declaró que Grassi "es un abusador de menores confirmado por todas las instancias judiciales de la provincia de Buenos Aires". Juan Pablo Gallego quien representa a otra de las víctimas, también pidió la detención. "Hay peligrosidad criminal y social de este ser antisocial".
"Grassi es un pedófilo condenado, de manera irreversible. Que un pedófilo serial no haya cumplido reglas tan básicas, como no decir el nombre de sus víctimas, demuestra lo poco que fueron valoradas en este proceso", dijo Gallego.
La versión de Grassi
"La mentira tiene un sillón que lo ocupa el fiscal Varela. Quiere hacerle creer a la gente que yo amenazo gente", dijo Grassi ante el tribunal, horas antes de la sentencia. "Me armaron una causa con testigos falsos, igual que en el caso Candela", apuntó.
"Nunca pasó nada. No sólo no tienen constancia. Lo único que hice fue ayudar para que chicos que tuvieron maltratos no vayan en contra de la sociedad", aseguró el cura. "¿Cómo puede ser que un fiscal mienta tanto? ¿En manos de quién estamos?", se quejó Grassi quien luego mostró los bolsillos de su saco para asegurar que no tiene dinero, ni cuentas bancarias. "Utilicé el mismo saco durante todo el proceso. Nunca me tomé vacaciones", argumentó.
"Las pericias dicen que no tengo rasgos de pedófilo", aseguró Grassi antes de asegurar: "Parece que defenderme es un pecado. En todo momento me serví a proceso".
"La condena es por dos hechos, no soy pederasta serial", aseguró Grassi. "Los beneficios que tengo no son para mí, sino para la sociedad. Para la comunidad para la que estoy trabajando", recordó el cura.