Ciclistas y vecinos marcharon para pedir más seguridad en la Ciudad Jardín

Ayer se realizó una movilización en la ciudad pedemontana. Los manifestantes le entregaron un petitorio al intendente, quien los recibió en su despacho.El ataque al biker Federico Paz fue la gota que rebasó el vaso. A través de Facebook convocan a los vecinos al 21N, una nueva marcha que se hará el jueves a las 21.

CANSADOS DE LA INSEGURIDAD. Los vecinos de Yerba Buena, junto a un grupo de ciclistas y deportistas, protestaron frente a la Municipalidad de esa ciudad. A pesar del calor, exigieron una mayor presencia policial en la zona. FOTO GENTILEZA / CARLOS CORDERO CANSADOS DE LA INSEGURIDAD. Los vecinos de Yerba Buena, junto a un grupo de ciclistas y deportistas, protestaron frente a la Municipalidad de esa ciudad. A pesar del calor, exigieron una mayor presencia policial en la zona. FOTO GENTILEZA / CARLOS CORDERO

María Eugenia de Paz siente calor, pero no le importa. Lo mismo les pasa a las cerca de 170 personas que están de pie frente al edificio municipal de Yerba Buena. Son las 13.30, ha salido el sol, que durante la mañana había estado oculto tras un vendaval de polvo, y la temperatura ha llegado a los 32 grados centígrados.

La gente se abanica con una hoja de papel, que hace un rato estuvo repartiendo un adolescente, y que es el petitorio que planean dejar en la Municipalidad, ante quien quiera recibirlo.

- Estoy aquí porque ese sábado podrían haberme llamado para decirme que había quedado viuda y con tres hijos huérfanos -dice María Eugenia. El día al que hace referencia es el sábado pasado, y de lo que está hablando es del ataque que sufrió su marido, Federico Paz, a quien, para robarle la bicicleta, empujaron sobre el asfalto, le quebraron una mano y le fisuraron varias costillas.

Para todos los que están reunidos, esa fue la gota que rebasó el vaso. Durante los días siguientes, las escuelas de ciclismo organizaron a través de Facebook y de los grupos de WhatsApp una movilización pacífica hacia la intendencia, en reclamo de más seguridad para quienes practican deportes en esta ciudad, cuyas avenidas, principalmente la Perón, han sido acaparadas por gente que camina, corre, anda en bicicleta o en rollers. La convocatoria se hizo extensiva a la ciudadanía en general.

Por eso aquí no hay sólo deportistas, sino también niños con sus uniformes colegiales, señores de traje y madres con bebés a cuestas.

- La inseguridad no tiene destinatario: le puede tocar a cualquiera. Pero uno no se involucra hasta que no le ocurre algo. Entre los presentes hay víctimas de hechos delictivos y ciudadanos que quieren mejorar la calidad de vida. Pero todos coincidimos en que esto no es una protesta, sino una propuesta -agrega Federico, minutos antes de entrar a la intendencia.

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Y eso mismo es lo que le dice luego al intendente, Daniel Toledo, quien recibe el petitorio y se compromete a citar a los organizadores de la movida para una reunión.

La solicitud fue redactada por Marcos Font, Sergio Borraz, Sergio Acuña, el propio Federico y otros vecinos. En ese texto, reclaman más policías, más cámaras de seguridad "en funcionamiento" y una ampliación del horario de los efectivos, especialmente durante la noche. Quieren, además, que se efectúe una reunión mensual entre los vecinos y las fuerzas policiales, a fin de coordinar esfuerzos y de auditar el funcionamiento de los operativos.

Los antecedentes
En septiembre pasado, un grupo de ciclistas sorprendió al gobernador José Alperovich en el bar Namasté, situado frente a la zona de La Olla. El mandatario bebía un agua saborizada junto a su cuñado, Carlos Rojkés, y se hallaba custodiado por los guardaespaldas, luego de su rutina habitual en bicicleta, en la que suele llegar hasta la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia.

En esa ocasión, los atletas aguardaron a que Alperovich terminara su travesía para solicitarle más seguridad en las sendas de Horco Molle y de San Javier. Los manifestantes charlaron con el mandatario, quien los recibió "muy bien", según dijeron. Desde ese entonces, aumentó la presencia de efectivos en los circuitos de montaña.

Sin embargo, no fue suficiente. El sábado anterior, a las 18, Federico fue asaltado en el Camino de Sirga, a dos cuadras del puente que une esa vía con la calle Zavalía. El ciclista circulaba solo, cuando, de repente, un hombre que iba junto al cordón lo empujó, lo tiró de la bicicleta e intentó llevársela. Gracias a la intervención de los automovilistas, el delincuente se escondió entre los pastizales y Federico pudo escapar.

Tras ese episodio, LA GACETA se comunicó con Mario Núñez y Carlos Carrillo, jefe de la Zona II de la Unidad Regional Norte y jefe de la comisaría de Yerba Buena, respectivamente, quienes aseguraron que los lugares por donde habitualmente transitan los deportistas son patrullados por los móviles del sistema de emergencias telefónicas 911, y explicaron que la vigilancia en el Camino de Sirga -donde ocurrió el ataque- corresponde a la comisaría de El Manantial. "En esa zona hay un problema jurisdicción, porque se encuentra en el límite de Yerba Buena", expresaron.

Mientras, un grupo de vecinos está convocando a otra marcha que se efectuaría el jueves 21, a las 21.

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