Los hombres de Fort, abatidos tras su muerte

Pasada ya la sorpresa por la muerte de Ricardo Fort, la atención se concentró ayer en el estado de ánimo con que quedó su entorno. Sin duda, uno de los más afectados es Gustavo Martínez, ex pareja y padrino de los hijos del empresario, que admitió que lo único que le inspira fortaleza es la necesidad de mostrarse bien ante Marta y Felipe, de quienes quedó a cargo. "(A Ricardo) lo amo con toda mi alma. Lo voy a extrañar un montón. Esta casa está vacía, falta él. Miro y digo: no va a estar más. Tengo un dolor que no te puedo decir".

Horas antes, otro que se mostró sumido en la conmoción había sido Rodrigo Díaz, el último novio del millonario. En medio de un llanto incontrolable y aún desde Miami (recién pudo volver anoche), el joven contó cómo vive sus días desde que el empresario falleció, el lunes pasado. En diálogo con "Intrusos" vía Skype -el programa informático para conversar a larga distancia- señaló que no pudo regresar antes desde EEUU (lo hizo anoche), adonde fue a grabar un disco.

"Mucha gente piensa que la estoy pasando bien acá, pero estoy muerto de dolor. Vine aquí a cumplir una meta, viajé un día antes de que él se internara. Él quería que yo firmara un contrato con la discográfica, me mandó para conseguir este objetivo que yo quería y que él deseaba tanto para mí. No le podía fallar a Ricardo y me tuve que quedar", justificó. Díaz detalló luego cómo se enteró de la muerte de Fort. "Estaba durmiendo porque había estado grabando. Me llamaron a las 6 para decirme que Ricardo se había muerto. Me puse a gritar como un loco. Corría por todo el departamento, no lo podía creer".