Regalos que podrían traer los Reyes a los adultos

05 Enero 2014
Aunque tiene un origen cristiano, es una celebración que se ha popularizado tanto, que excede el credo y se ha proyectado a una buena parte de la cultura occidental. Los niños son los destinatarios de esta festividad y reciben el 6 de enero regalos de los Reyes Magos, llamados Melchor, Gaspar y Baltasar. Pese a lo que la tradición cuenta desde hace mucho, se sabe que no eran reyes ni tampoco tres, simplemente magos que provenían de Oriente.

El relato bíblico puede encontrarse en San Mateo 2, 1-11, donde se relata: “Después de haber nacido Jesús en Belén de Judea, en el tiempo del rey Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén diciendo: ‘¿dónde está el que ha nacido, el rey de los Judíos? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo’. Al oír esto, el rey Herodes se puso muy preocupado; entonces llamó a unos señores que se llamaban Pontífices y Escribas y les preguntó el lugar del nacimiento del Mesías, del Salvador que el pueblo judío esperaba hacia mucho tiempo. Ellos contestaron: En Belén de Judá, pues así está escrito por el Profeta... Los Reyes Magos se marcharon y la estrella que habían visto en el Oriente, iba delante de ellos hasta que fue a pararse sobre el lugar donde estaba el Niño. Al ver la estrella, sintieron una gran alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María su madre. Se hincaron y lo adoraron. Abrieron sus tesoros y le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Luego, habiendo sido avisados en sueños que no volvieran a Herodes, (pues él quería buscar al Niño para matarlo), regresaron a su país por otro camino”.

La festividad alternaba la religiosidad y con la fantasía que aún viven los chicos, de escribirles una carta a los Reyes, expresando sus deseos y en la medianoche del 5 de enero, dejar junto a su cama los zapatos, acompañados de pasto y de un recipiente con agua para los camellos.

La celebración que se ha convertido con el tiempo en un fenómeno comercial, no llegará, sin embargo, a todos los niños de la sociedad, especialmente a aquellos que viven en zonas marginales, que poco o nada saben de reyes o de regalos porque viven en la constantemente inmersos en la precariedad afectiva, en la pobreza o en la miseria, en la ausencia de un horizonte digno, golpeados por la droga.

Sería interesante que los adultos que tenemos la capacidad para luchar por una sociedad más justa, les escribiéramos a estos Magos de Oriente para expresarles nuestros deseos personales y colectivos, porque somos individuos que vivimos en una comunidad, no en soledad.

Se suele decir que el hombre siempre desea lo que no tiene. Será por esa razón que solemos pedir amor, paz, felicidad, pero también se podría pedir justicia, seguridad, tolerancia, diálogo, vocación de servicio, dignidad, humildad, conscientes de que nada de ello viene de la nada y solo se consigue con acciones concretas, con la participación ciudadana, que obligue a los gobernantes a que trabajen siempre por el bien común porque no son otra cosa que servidores públicos que por el hecho de estar circunstancialmente en una situación de poder no significa que deban tener privilegios.

Sería bueno si los Reyes Magos nos trajeran el regalo de la unión y de la acción para que hablemos menos y hagamos más por el crecimiento personal y colectivo. Tal vez así los cambios de fondo serían más significativos en nuestra sociedad.

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