31 Enero 2014
ARCHIVO TELAM
LA RIOJA.- El Festival de la Chaya, que se realiza en la ciudad de La Rioja desde hace 11 años, comenzará este sábado cuando los habitantes de la ciudad salgan a las calles a descubrir el Pujllay, personaje mítico de la leyenda que da sentido a esta fiesta popular.
El festival se realiza en el marco del Febrero Chayero (del 1 al 7 de marzo), un mes dedicado a mostrar el arte y la cultura del lugar, y a recibir a los que viajan a la provincia, motivados por la magia de una leyenda: la Chaya.
Cuenta la leyenda que Chaya era una jovencita india que se enamoró del príncipe de la tribu: Pujllay, un joven alegre, pícaro y mujeriego que no correspondió a su amor. Al sentirse rechazada, Chaya subió a las montañas a llorar sus penas y fue tan alto a llorar que se convirtió en nube. Desde entonces, solo retorna anualmente, promediando el verano, del brazo de la diosa Luna (Quilla), en forma de rocío o fina lluvia.
La tradición popular rescató a estos personajes y en sus vocablos se demuestra el sentido de esta fiesta: Chaya (en quichua: agua de rocío) que es símbolo de la perenne espera de la nube y de la búsqueda ancestral del agua, algo que en La Rioja no abunda. En tanto, Pujllay -que significa jugar, alegrarse- estos carnavales vive tres días hasta que es enterrado hasta el próximo año.
Los muñecos, cuya confección se complejiza cada año, serán colocados en puntos estratégicos de la ciudad esta noche, en una ceremonia que se llama "Despierta Pujllay", que marca el inicio del Febrero Chayero.
El festival se realiza en el marco del Febrero Chayero (del 1 al 7 de marzo), un mes dedicado a mostrar el arte y la cultura del lugar, y a recibir a los que viajan a la provincia, motivados por la magia de una leyenda: la Chaya.
Cuenta la leyenda que Chaya era una jovencita india que se enamoró del príncipe de la tribu: Pujllay, un joven alegre, pícaro y mujeriego que no correspondió a su amor. Al sentirse rechazada, Chaya subió a las montañas a llorar sus penas y fue tan alto a llorar que se convirtió en nube. Desde entonces, solo retorna anualmente, promediando el verano, del brazo de la diosa Luna (Quilla), en forma de rocío o fina lluvia.
La tradición popular rescató a estos personajes y en sus vocablos se demuestra el sentido de esta fiesta: Chaya (en quichua: agua de rocío) que es símbolo de la perenne espera de la nube y de la búsqueda ancestral del agua, algo que en La Rioja no abunda. En tanto, Pujllay -que significa jugar, alegrarse- estos carnavales vive tres días hasta que es enterrado hasta el próximo año.
Los muñecos, cuya confección se complejiza cada año, serán colocados en puntos estratégicos de la ciudad esta noche, en una ceremonia que se llama "Despierta Pujllay", que marca el inicio del Febrero Chayero.
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