Por Alejandro Klappenbach
02 Febrero 2014
POR EL PISO. Schwank se deja caer sobre el polvo de ladrillo tras un difícil punto. El partido fue chato, pero Italia fue más.
El golpe ha sido fuerte. Se siente. Con apenas 15 minutos de diferencia se respira un aire bien distinto en un mismo lugar. La sala de conferencias de prensa del patinódromo de Mar del Plata es el escenario para percibir alegría y tristeza, en dosis similares. Italia ha dado el paso adelante en la serie tras quedarse con el dobles, un punto parejo al extremo y definido 6-7, 7-6, 7-6 y 6-4 para la dupla de Fabio Fognini y Simone Bolelli. Enfrente, Horacio Zeballos y Eduardo Schwank, sin jugar un gran partido, estuvieron a la altura de lo que se les demandaba del otro lado de la red.
Los números cerrados son un claro indicador de cuán parejo resultó el desarrollo. Durante poco más de tres horas la tensión se palpaba en el aire. La conciencia de la gravitación del punto en las expectativas del domingo definitorio, llevaron la exigencia mental al extremo. En esa pulseada, que traducida a nervios consume muchas energías, la pareja italiana se sintió algo más a gusto, seguramente apoyada en la mayor frecuencia con que Fognini disputa encuentros trascendentes. Al inicio del cuarto set, por única vez, esa diferencia quedó claramente expuesta. Apenas unos minutos fueron suficientes. Entonces, con menor concentración, desde el drive de Schwank y el revés de Zeballos, llegaron cuatro errores seguidos que explican el quiebre de servicio y la diferencia del set final.
Ahora, el panorama no es el más alentador. Fognini-Berlocq para el cuarto punto muestra oscuras nubes sobre las posibilidades argentinas. Y entonces, sólo si “Charly” consigue un impacto de dimensión trascendente será momento de pensar en un quinto punto (Juan Mónaco vs. Andreas Seppi) que permita la clasificación a los cuartos de final.
Los números cerrados son un claro indicador de cuán parejo resultó el desarrollo. Durante poco más de tres horas la tensión se palpaba en el aire. La conciencia de la gravitación del punto en las expectativas del domingo definitorio, llevaron la exigencia mental al extremo. En esa pulseada, que traducida a nervios consume muchas energías, la pareja italiana se sintió algo más a gusto, seguramente apoyada en la mayor frecuencia con que Fognini disputa encuentros trascendentes. Al inicio del cuarto set, por única vez, esa diferencia quedó claramente expuesta. Apenas unos minutos fueron suficientes. Entonces, con menor concentración, desde el drive de Schwank y el revés de Zeballos, llegaron cuatro errores seguidos que explican el quiebre de servicio y la diferencia del set final.
Ahora, el panorama no es el más alentador. Fognini-Berlocq para el cuarto punto muestra oscuras nubes sobre las posibilidades argentinas. Y entonces, sólo si “Charly” consigue un impacto de dimensión trascendente será momento de pensar en un quinto punto (Juan Mónaco vs. Andreas Seppi) que permita la clasificación a los cuartos de final.
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