Habría matado a su padre para quedarse con una casa

Norma Romano confesó ayer en la Justicia el crimen de Zoilo Brito, ejecutado hace una semana en un cañaveral

BÚSQUEDA. La Policía inicia ayer a la tarde el rastrillaje para dar con el arma. la gaceta / FOTO DE OSVALDO RIPOLL BÚSQUEDA. La Policía inicia ayer a la tarde el rastrillaje para dar con el arma. la gaceta / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
05 Abril 2014
El asesinato de Zoilo Ambrosio Brito, el jubilado de 74 años al que le dispararon por la espalda, parece haber quedado resuelto. El homicidio ocurrió el viernes pasado en Villa Quinteros y ayer Norma Romano, su hija, dijo ser la autora del crimen, contaron fuentes.

La imputada confesó el delito ante el fiscal Jorge Carrasco que la había citado para tomarle declaración en el Centro Judicial Monteros. Fuentes de la investigación revelaron que las pruebas que había recabado la Policía durante los allanamientos que realizó en la casa de la acusada la tenían acorralada. Entre esas pruebas hay una boleta de la luz manchada con sangre que -se piensa- podría ser la víctima.

En la causa también habría testimonios que complicarían a la imputada, revelaron fuentes policiales. “Cuando estaban buscando a la víctima, ella (por Romano) les dijo que fueran al lugar en el que se halló el cuerpo. Pero los testigos dicen que este hombre nunca iba a ese sitio y que, además, no solía caminar mucho debido a la avanzada edad que tenía”, explicó una fuente que participó de la investigación.

Brito fue hallado en un cañaveral ubicado a unos 700 metros de su casa. El cadáver estaba boca abajo y al lado suyo había un tarro de pintura de 20 litros, un pedazo de “telgopor” y un machete. Pero para los pesquisas todos esos elementos fueron “plantados” por la imputada que se ocupó de armar la escena del crimen. “Estaba previsto que en los próximos días saliera una orden de detención. Ya sabía que las pruebas la comprometían, por eso optó por confesar”, analizaron los pesquisas.

En los allanamientos también se incautó documentación de préstamos y compras que se habían realizado a nombre de Brito. Y entre esos papeles figura la compra reciente de una motocicleta. Además, había deudas vencidas. Por esto se sospecha que el homicidio podría haberse cometido por un interés económico. Brito era el padre de sangre de Romano, aunque no estaba reconocida legalmente, informó la Policía.

En su declaración, Romano señaló que después de haberle disparado a su padre arrojó el arma en el cañaveral en el que encontraron el cuerpo. La Justicia dispuso que ayer a la tarde se envíe una comisión especial de la división Homicidios y de la Brigada Oeste para intentar dar con el arma, tarea que continuará el lunes.

Por otra parte, fuentes judiciales dijeron que la relación entre Brito y su hija no era buena. Y, al parecer, la víctima tenía pensado vender la casa en la que estaba viviendo para no dejarle nada como herencia. Según la hipótesis de los pesquisas esa fue la última razón que llevó a que Romano decidiera matarlo.

La investigación del caso estuvo supervisada por el comisario Luis Núñez, jefe de la Dirección de Investigaciones Criminales y Delitos Complejos. La división Homicidios y la Brigada de Investigaciones Oeste, a cargo de Marcelo Sallas y José Díaz, respectivamente, llevaron adelante las medidas ordenadas por la Justicia.

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