10 Abril 2014
CAMBIO. La declaración de uno de los imputados modificó la hipótesis que se tenía sobre el crimen de la menor. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso
El juicio por el homicidio de Mercedes de los Ángeles Figueroa, la nena de seis años asesinada el primero de mayo de 2012, tuvo ayer un giro inesperado.
A diferencia de lo que ocurrir habitualmente en los debates orales, los dos imputados por el crimen decidieron declarar ante los jueces en la primera audiencia testimonial. En ese marco, el tribunal integrado por los magistrados Pedro Roldán Vázquez, Alfonso Zóttoli y Eduardo Romero Lascano escuchó una declaración que podría definir el rumbo del juicio.
El primero en hablar fue Marcos Rubén Longo (49), que negó su participación aduciendo que, el día en el que ocurrió el asesinato, él no estaba en la casa en la que se perpetró el delito. Pero el cambio en la hipótesis del crimen que se conocía hasta ahora surgió de la declaración de un joven de 19 años (su nombre no se publica porque al momento del hecho era menor de edad) al que también le imputan el asesinato.
“Si me quieren condenar por cualquier otra cosa háganlo, pero tengo la conciencia tranquila de que no maté a esa chiquita. Puedo haber sido cómplice porque, cuando todos la estaban buscando, yo ya sabía lo que había pasado”, lanzó el joven acusado. Después de esto, dijo que los autores del homicidio son Longo y su hijo, un adolescente que tenía 13 años cuando sucedieron los hechos.
Este testimonio abrió nuevas incógnitas en el tribunal porque el hijo de Longo fue sobreseído durante la instrucción de la causa que dirigió el fiscal Arnoldo Suasnábar, a cargo de la Fiscalía VII, porque según la ley es inimputable por su edad.
Según la versión del joven imputado, el primero de mayo por la tarde, él salió por media hora de la vivienda ubicada en las inmediaciones de Francisco de Aguirre y Viamonte. Y, al regresar, encontró a Longo y a su hijo manchados con sangre. “Salí a comprar vino y cuando volví ya estaba todo hecho. Él (por Longo) quería hacer que su hijo debutara con una mujer. Por eso la metieron a la habitación”, remarcó.
En este sentido, dijo que también vio a Longo cuando trasladaba el cuerpo de la menor y que lo ayudó a pasar el cadáver de la víctima sobre una tapia. “Después tiró el cuerpo en el lugar donde finalmente lo encontraron”, concluyó.
En el informe médico se indica que la víctima murió a causa de las múltiples heridas que recibió en su cara. Esas lesiones fueron hechas con un arma punzante. Por eso se piensa que la niña se resistió al supuesto abuso al que la querían someter. Después de esto, el tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta el martes a las nueve.
A diferencia de lo que ocurrir habitualmente en los debates orales, los dos imputados por el crimen decidieron declarar ante los jueces en la primera audiencia testimonial. En ese marco, el tribunal integrado por los magistrados Pedro Roldán Vázquez, Alfonso Zóttoli y Eduardo Romero Lascano escuchó una declaración que podría definir el rumbo del juicio.
El primero en hablar fue Marcos Rubén Longo (49), que negó su participación aduciendo que, el día en el que ocurrió el asesinato, él no estaba en la casa en la que se perpetró el delito. Pero el cambio en la hipótesis del crimen que se conocía hasta ahora surgió de la declaración de un joven de 19 años (su nombre no se publica porque al momento del hecho era menor de edad) al que también le imputan el asesinato.
“Si me quieren condenar por cualquier otra cosa háganlo, pero tengo la conciencia tranquila de que no maté a esa chiquita. Puedo haber sido cómplice porque, cuando todos la estaban buscando, yo ya sabía lo que había pasado”, lanzó el joven acusado. Después de esto, dijo que los autores del homicidio son Longo y su hijo, un adolescente que tenía 13 años cuando sucedieron los hechos.
Este testimonio abrió nuevas incógnitas en el tribunal porque el hijo de Longo fue sobreseído durante la instrucción de la causa que dirigió el fiscal Arnoldo Suasnábar, a cargo de la Fiscalía VII, porque según la ley es inimputable por su edad.
Según la versión del joven imputado, el primero de mayo por la tarde, él salió por media hora de la vivienda ubicada en las inmediaciones de Francisco de Aguirre y Viamonte. Y, al regresar, encontró a Longo y a su hijo manchados con sangre. “Salí a comprar vino y cuando volví ya estaba todo hecho. Él (por Longo) quería hacer que su hijo debutara con una mujer. Por eso la metieron a la habitación”, remarcó.
En este sentido, dijo que también vio a Longo cuando trasladaba el cuerpo de la menor y que lo ayudó a pasar el cadáver de la víctima sobre una tapia. “Después tiró el cuerpo en el lugar donde finalmente lo encontraron”, concluyó.
En el informe médico se indica que la víctima murió a causa de las múltiples heridas que recibió en su cara. Esas lesiones fueron hechas con un arma punzante. Por eso se piensa que la niña se resistió al supuesto abuso al que la querían someter. Después de esto, el tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta el martes a las nueve.
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