Los jardines de infantes se meten en la campaña
En Ciencias Exactas funciona, desde hace un cuarto de siglo, un jardín materno infantil. Agronomía cuenta con otro, similar. Docentes, no docentes y alumnos reclaman estos espacios en otras unidades académicas. Los “rectorables” los incluyen en sus planes
Se le hace imposible adivinar cuándo se le escurrió la licencia. Amanece y llega el momento que durante meses evitó imaginar. El bebé duerme en el moisés indiferente a la angustia de la mamá, pero ella tiene el alma demolida: debe volver al trabajo y por primera vez se separará de su hijo durante varias horas. No importa que quede en manos de la abuela o de la mejor niñera del mundo. Es posible que en la oficina ella sea un cero a la izquierda (al menos durante los primeros días), porque en su mente sólo habrá espacio para su bebé ¿A qué mujer le ocurrió algo parecido? A innumerables. Aunque hay excepciones: por ejemplo, las que trabajan en la Facultad de Ciencias Exactas de la UNT. Allí funciona un jardín materno infantil. Y ellas consideran que estos espacios deberían extenderse al resto de las unidades académicas.
Aunque parezca extraño, los jardines de infantes sí están vinculados con el proceso de recambio de autoridades de la universidad, porque representan un reclamo que docentes, no docentes y alumnos de diferentes facultades vienen haciendo desde hace mucho.
En el centro universitario Ingeniero Roberto Herrera -ex Quinta Agronómica-, el de Ciencias Exactas es el más antiguo. Funciona desde hace 25 años. El otro está en Agronomía; hubo uno en Arquitectura, pero cerró. Silvia Palazzi es ingeniera civil, profesora titular y trabaja en el departamento de Construcciones y Obras Civiles. Sostiene que no sólo llegó hasta allí gracias a incontables horas de estudio y a mucho trabajo, sino también al jardín. “Si no hubiera podido dejar a mis hijos acá, seguramente hubiese tenido que reducir mi dedicación. Fue un placer trabajar y, al mismo tiempo, saber que los chicos estaban bien cuidados”, recuerda en una de las cuatro salitas del jardín de paredes celestes.
Desde los 45 días de vida
Palazzi y Gloria Inés Moris, también docente de Ciencias Exactas, fueron sus impulsoras. Hace 25 años se preguntaron cómo podía ser que no existiera una guardería en la que dejar a sus hijos. Y se empeñaron en concretarla. Hoy alberga a 30 chicos que tienen entre 45 días de vida y cuatro años. Están al cuidado de las señoritas Claudia Mastracchio, Bettina Ramos, Daniela Tonielli y Mercedes Ramos. De hecho, hasta la actual vicedecana de la Facultad, Patricia Fernández, envió a sus hijos allí.
Además, mediante Marta Juárez de Tuzza (actual subsecretaria Académica de la UNT) se estableció un convenio con la escuela Sarmiento: el jardín funciona como un departamento de capacitación del profesorado de Nivel Inicial que se dicta en la escuela, explica Leila Juri, nexo entre las instituciones.
Actualmente, al jardín asisten hijos de docentes, de no docentes y de alumnos de Exactas y de Arquitectura. Pero no da abasto para contener la demanda y hay lista de espera. Moris y Palazzi, sus coordinadoras, aclaran que, si bien es reconocido como parte de Ciencias Exactas, ellas pretenden que sea institucionalizado por el Rectorado. De esa manera no sólo recibirá recursos -hoy los padres pagan una cuota de $ 200-, sino que las señoritas obtendrán cargos docentes, como los maestros de las escuelas experimentales -en este momento son no docentes-.
Los distintos estamentos universitarios vienen reclamando desde hace mucho la habilitación de jardines materno-infantiles. A tal punto que el tema se coló en la campaña de los candidatos a rectores (ver notas aparte). “Sería bueno que se hagan jardines grandes. Por ejemplo, uno para todas las carreras que se dictan en la (ex) Quinta; otro para las del parque 9 de Julio y lo mismo en el resto de los centros universitarios”, proponen Moris y Palazzi.
“Los hijos cerca”
Alicia Bardón - Vicerrectora de la UNT
Nosotros ya venimos desde esta gestión apoyando a las guarderías de la Ex Quinta Agronómica. El objetivo es que, tanto el Centro Herrera, el Prebisch y las facultades del centro, tengan guarderías. Esto permitirá a las mamás estudiantes, a los docentes y no docentes tener a sus hijos cerca. Será una contención importante para que los alumnos puedan concluir sus con sus carreras.
“Gestionar más fondos”
Eduardo Coletti - Decano de la Facultad de Arquitectura
Apoyaremos todas las iniciativas que favorezcan el cumplimiento de los objetivos de la comunidad universitaria. De hecho, desde Arquitectura colaboramos con el jardín de Exactas y lo usan varios miembros de nuestra facultad. Abordaremos las demandas gestionando recursos extras y consensuando una fórmula polinómica para distribuir el presupuesto en forma justa y transparente.
“Es nuestra palabra”
Mateo Martínez - Decano de la Facultad de Medicina
El punto N° 34 de nuestras ‘100 Medidas para el Centenario’ dice: ‘crearemos guarderías infantiles que incluyan lactario y salitas para 1, 2 y 3 años, destinados a trabajadores y a estudiantes. Se prevé que estas sean manejadas por las cátedras pertinentes y alumnos pasantes de las carreras que correspondan’. Ese es nuestro compromiso y nuestra palabra.
“A fijar prioridades”
Eduardo Ruiz Pesce - Referente de “Otra UNT es Posible”
Hacer política implica fijar prioridades coyunturales y estratégicas por el bien común y público de la UNT. 1- Eliminar el saqueo de Construcciones Universitarias. 2- Planificar con una agenda de urgencias académicas y de bienestar universitario las obras: aulas, auditorios, laboratorios, comedores, guarderías infantiles. Sanear, planificar y concretar esas obras es el compromiso.