28 Mayo 2014
EN SAN ISIDRO. Contra las previsiones de la familia, cientos de medios esperaron a los novios para lograr una foto. telam
Dicen que casarse en un día de lluvia trae suerte. ¿Pero casarse en medio de una lluvia de acusaciones cruzadas? Ya lo dirá el futuro de Wanda Nara y Mauro Icardi, que ayer contrajeron matrimonio en el Registro Civil de San Isidro, en Buenos Aires. Cientos de medios y fanáticos se agolparon a la entrada del edificio donde la pareja dio el sí y, en vez de arroz, le tiraron con tapitas de gaseosa, en referencia a la publicidad que filmaron para Pepsi (con indirectas para el ex de ella, Maxi López).
Los novios se hicieron esperar bastante: debían llegar al Registro a las 12.30, pero lo hicieron a las 13.40. Ella usó un vestido blanco de Alexander McQueen, de mangas largas y falda acampanada hasta arriba de la rodilla. Sus zapatos y cartera eran de Louis Vuitton y su peinado estuvo a cargo del estilista Kenny Palacios. Mauro también escogió un diseño extranjero, de Dolce Gabanna. Su traje era negro, pero prescindió del saco y se quedó sólo con chaleco, una camisa cuyas mangas usó arremangadas y borcegos.
La ceremonia fue muy íntima. Hubo 12 invitados entre las dos partes y el gran ausente -con aviso- fue Andrés, el papá de Nara, quien quiso evitar situaciones incómodas con su ex, Nora, de quien se divorció hace muy poco. Sí estuvo, en cambio, Zaira, que se mostró radiante. “Estoy contenta por Wanda. Ella está bien. Muy contenta”, alcanzó a declarar. La hermana de la novia se mostró sorprendida por el asedio de la prensa. “Pensamos que no iba a venir nadie. Dije ‘van los testigos, mamá y yo’ -indicó, y luego se refirió a los planes de los recién casados para celebrar este paso-. Harán un almuerzo entre amigos, bastante tranquilo”.
La unión civil entre Nara e Icardi se da en medio del escándalo que generaron los audios con López y una denuncia de ella por supuesta violencia de género. Sobre esto último habló ayer el padre de Wanda con una radio porteña: “si me entero que la tocó, lo mato. Voy a ser honesto, no creo. Pero si le pegó, ella no me lo va a decir. Escuché los audios y ahora entiendo algunos aspectos. Él tenía una forma cómica de tratarla que a veces en las parejas se instala como jorobando. Ahora me estoy dando cuenta de que no sé si era una gracia”. El hombre admitió además que sabía de las infidelidades de su ex yerno. “Lo sabía yo y lo sabía Wanda. Yo lo tapaba, he tenido peleas para defenderlo a él. Es el padre de mis nietos, lo aprecio”.
Los novios se hicieron esperar bastante: debían llegar al Registro a las 12.30, pero lo hicieron a las 13.40. Ella usó un vestido blanco de Alexander McQueen, de mangas largas y falda acampanada hasta arriba de la rodilla. Sus zapatos y cartera eran de Louis Vuitton y su peinado estuvo a cargo del estilista Kenny Palacios. Mauro también escogió un diseño extranjero, de Dolce Gabanna. Su traje era negro, pero prescindió del saco y se quedó sólo con chaleco, una camisa cuyas mangas usó arremangadas y borcegos.
La ceremonia fue muy íntima. Hubo 12 invitados entre las dos partes y el gran ausente -con aviso- fue Andrés, el papá de Nara, quien quiso evitar situaciones incómodas con su ex, Nora, de quien se divorció hace muy poco. Sí estuvo, en cambio, Zaira, que se mostró radiante. “Estoy contenta por Wanda. Ella está bien. Muy contenta”, alcanzó a declarar. La hermana de la novia se mostró sorprendida por el asedio de la prensa. “Pensamos que no iba a venir nadie. Dije ‘van los testigos, mamá y yo’ -indicó, y luego se refirió a los planes de los recién casados para celebrar este paso-. Harán un almuerzo entre amigos, bastante tranquilo”.
La unión civil entre Nara e Icardi se da en medio del escándalo que generaron los audios con López y una denuncia de ella por supuesta violencia de género. Sobre esto último habló ayer el padre de Wanda con una radio porteña: “si me entero que la tocó, lo mato. Voy a ser honesto, no creo. Pero si le pegó, ella no me lo va a decir. Escuché los audios y ahora entiendo algunos aspectos. Él tenía una forma cómica de tratarla que a veces en las parejas se instala como jorobando. Ahora me estoy dando cuenta de que no sé si era una gracia”. El hombre admitió además que sabía de las infidelidades de su ex yerno. “Lo sabía yo y lo sabía Wanda. Yo lo tapaba, he tenido peleas para defenderlo a él. Es el padre de mis nietos, lo aprecio”.