La policía reprimió a indígenas "anti-mundial"

Con gases lacrimógenos intentaron contener a unos 1.000 manifestantes en Brasilia.

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28 Mayo 2014
BRASILIA, Brasil.- La policía lanzó gases lacrimógenos ayer para contener a manifestantes contra el Mundial que intentaron llegar hacia el estadio de Brasilia, donde se exhibía la Copa que se adjudicará el ganador del torneo que termina el 13 de julio.

La protesta, llevada a cabo por más de 1.000 personas, se produjo en la hora de mayor tráfico vehicular en el sector adyacente al Estadio Nacional Mané Garrincha, el recinto más costoso para el evento que comienza en 16 días.

Sumándose a la tensión, indígenas vestidos con tradicionales ropas tribales y que portaban arcos y flechas, se unieron a los manifestantes del movimiento Trabajadores sin Techo.



El grupo dijo que la construcción de los estadios para la Copa del Mundo fue demasiado costosa, lo que causó que subieran los precios de los bienes raíces y obligó a familias de bajos recursos a abandonar sus hogares.

Brasil trabaja a destajo para finalizar a tiempo sus estadios y los sistemas de transporte urbano en un clima de creciente desobediencia civil de parte de grupos que buscan interrumpir el Mundial, asegurando que el costo es excesivo para un país en desarrollo.

El Mundial sirve ahora como contexto para presionar por una variedad de causas, y los conductores de colectivos en Río de Janeiro dijeron ayer que iniciarían una huelga de 24 horas a la medianoche, mientras que profesores marcharon por la autopista principal de Sao Paulo para exigir un aumento salarial.

Hinchas locales hicieron fila en el estadio de Brasilia para ver la Copa que entrega la FIFA al campeón del mundo, que viaja por las 12 ciudades sede del torneo, pero la manifestación obligó a las autoridades a cancelar la muestra del trofeo y cerrar el estadio.



La protesta en Brasilia se produjo tras una marcha pacífica liderada por el mismo grupo en Sao Paulo la semana pasada. La participación de varios miles de personas suspendió el tráfico en el mayor centro de negocios de Sudamérica y generó temores de que más manifestaciones e incluso la violencia podrían interrumpir el Mundial, que comienza el 12 de junio.

Un portavoz de la policía militar dijo que la protesta comenzó pacíficamente y que la policía intentó contener la marcha con gases lacrimógenos y con agentes de seguridad con escudos. Finalmente los manifestantes se dispersaron.

El estadio de Brasilia costará 1.900 millones de reales (U$S 849,26 millones) cuando quede completamente finalizado tras la Copa del Mundo, dijeron auditores de la ciudad en un informe publicado la semana pasada, casi tres veces por encima del presupuesto inicial.

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