08 Julio 2014
EMOCIONADOS. Los reyes Guillermo y Máxima siguieron atentos el partido de Holanda. REUTERS
SAN PABLO, Brasil.- En el partido que la selección de Holanda le ganó a Australia, por la fase de grupos del Mundial de Brasil, la Reina Máxima Zorreguieta se mostró con la camiseta naranja, junto a su esposo, el Rey Guillermo de Orange, en uno de los palcos del estadio de Porto Alegre.
Después del encuentro, visitó al plantel que dirige el entrenador Louis Van Gaal, y hasta se fotografió con algunos jugadores. Uno de ellos fue el mediocampista, Wesley Sneijder, quien cumplió su presentación número 100 con el combinado holandés. A la luz de estas demostraciones, es de esperar que el miércoles, cuando la Selección argentina enfrenta a Holanda, por un lugar en la final de la Copa, Máxima vuelve a vestir la camiseta naranja.
La Reina de Holanda nació el 17 de mayo de 1971, en Buenos Aires, se crió en el barrio porteño de la Recoleta, y estudió en una escuela de la ciudad bonaerense de Olivos, en la zona norte. Si Máxima dijera que prefiere un empate, para quedar bien con los dos países, sería una opción inviable porque el partido debe tener un ganador, que jugará la final del torneo. De todos modos, si en algún rincón del corazón guarda algo de simpatía por la "albiceleste", deberá mantenerla escondida.
Después del encuentro, visitó al plantel que dirige el entrenador Louis Van Gaal, y hasta se fotografió con algunos jugadores. Uno de ellos fue el mediocampista, Wesley Sneijder, quien cumplió su presentación número 100 con el combinado holandés. A la luz de estas demostraciones, es de esperar que el miércoles, cuando la Selección argentina enfrenta a Holanda, por un lugar en la final de la Copa, Máxima vuelve a vestir la camiseta naranja.
La Reina de Holanda nació el 17 de mayo de 1971, en Buenos Aires, se crió en el barrio porteño de la Recoleta, y estudió en una escuela de la ciudad bonaerense de Olivos, en la zona norte. Si Máxima dijera que prefiere un empate, para quedar bien con los dos países, sería una opción inviable porque el partido debe tener un ganador, que jugará la final del torneo. De todos modos, si en algún rincón del corazón guarda algo de simpatía por la "albiceleste", deberá mantenerla escondida.
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