Por Federico Espósito
08 Septiembre 2014
OTRA VEZ AL TRIUNFO. Boca le ganó 1 a 0 a Olimpo en Bahía Blanca. FOTO TOMADA DE OLE.COM
En la pizarra del vestuario se puede planificar quién sube, quién baja y quién releva, pero no quién le pone la cabeza al enésimo centro para mandar la pelota a la red y zafar de lo que hubiera sido un nefasto empate en cero frente a uno de los equipos más flojos del torneo y que para colmo jugó con un hombre menos durante 76 de los 93 minutos que duró el partido. Así es, tuvo que aparecer el hasta entonces inocuo Emmanuel Gigliotti para conectar el pincelazo de Fernando Gago y esconder bajo la alfombra del resultado las carencias de un Boca que volvió a parecerse al que todavía tenía a Carlos Bianchi como DT.
Una pavada temprana del colombiano Borja dejó la incógnita de saber a qué se hubiera atrevido Olimpo con 11 jugadores. Se abroqueló detrás de mitad de cancha con dos líneas de cuatro, renunció al mediocampo y arriba se encomendó a los pulmones de Olivares y, sobre todo, Cuero. Lógicamente, Orión se aburrió de lo lindo en su área.
A Boca no se lo puede acusar de no haber intentado. Mal que mal, hizo lo que manda el manual de la superioridad numérica: trató de usar las bandas para abrir la defensa bahiense, pero terminó casi siempre en el centro para nadie. El único que se animó a probar de media distancia fue César Meli, que con poco volvió a ser de lo mejor de un Boca con actitud, pero al que todavía le falta mucho.
Una pavada temprana del colombiano Borja dejó la incógnita de saber a qué se hubiera atrevido Olimpo con 11 jugadores. Se abroqueló detrás de mitad de cancha con dos líneas de cuatro, renunció al mediocampo y arriba se encomendó a los pulmones de Olivares y, sobre todo, Cuero. Lógicamente, Orión se aburrió de lo lindo en su área.
A Boca no se lo puede acusar de no haber intentado. Mal que mal, hizo lo que manda el manual de la superioridad numérica: trató de usar las bandas para abrir la defensa bahiense, pero terminó casi siempre en el centro para nadie. El único que se animó a probar de media distancia fue César Meli, que con poco volvió a ser de lo mejor de un Boca con actitud, pero al que todavía le falta mucho.
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