Los pescadores estarán de fiesta. Desde el sábado 11 de octubre se podrá pescar en El Cadillal, ya que la dirección de Flora y Fauna decidió levantar la veda en ese lugar y mantenerla en La Angostura hasta nuevo aviso.
Fueron casi dos meses -empezó el martes 19 de agosto- de supuesta inactividad, ya que la restricción no se cumplió. En las narices de la Policía Lacustre no sólo se pescó desde la costa, sino que los furtivos hicieron de las suyas poniendo trasmallos por la noche.
Mientras el descontrol se encargaba de impedir el normal desarrollo del ciclo reproductivo del pejerrey, Simón Álvaro Padrós, subsecretario de Asuntos Agrarios y Alimentos, y Juan Manuel Villa, director de Flora y Fauna, ordenaban a los técnicos del organismo que avanzaran con la producción de alevinos de manera artifical para sembrar en ese y otros espejos de la provincia. (Ver aparte el paso a paso del proceso)
En la Estación de Piscicultura hubo mucho movimiento en estos días. Como viene ocurriendo en los últimos años, en ese laboratorio se genera vida. Casi de manera artesanal, los empleados y técnicos reproducen en el laboratorio, según los registros que tienen, nacen entre 1,75 y 2 millones de alevinos, una cifra que no tiene antecedentes en toda la región y es ejemplo a nivel nacional.
Esos pequeñísimos pejerreyes -no superan el milímetro de tamaño- son sembrados en El Cadillal, La Angostura y Escaba, fundamentalmente.
En el lago del valle de Tafí, por ejemplo, se busca reforzar la presencia de hembras, ya que del 100 % de los nacimientos naturales que se concretan, se estima que el 80% son machos.
Los ejemplares de la especie, a través de convenios firmados con otras provincias, también son sembrados en lagos de Catamarca, Salta, Jujuy y La Rioja. La idea es que en caso de que algún día se produjera un desastre natural en la provincia, haya un lugar donde se pueda extraer pejerreyes para iniciar nuevamente un proceso de siembras para intentar salvar los espejos de estas tierras.
Gracias a la reproducción que se desarrolla en las estación de Piscicultura, Flora y Fauna logró recuperar la población en El Cadillal y salvó la existente de La Angostura, cuando, por un problema técnico, el lago casi se secó.
Los pescadores, entonces, tendrán que aprender a valorar el esfuerzo que se realiza todos los años para mantener los sitios pesqueros. El futuro del deporte que dicen amar está en juego.
1- La captura
De noche, personal de Flora y Fauna ingresa a El Cadillal con redes de más de 20 metros de largo y de 1,40 de alto para capturar ejemplares de pejerreyes. Buscan piezas de entre 23 y 25 centímetros. Según el técnico Carlos Rivieri, las “flechas de plata”, luego de que se les extrae las ovas y el semen, son sacrificadas para realizar todo tipo de estudios. Este año se buscaron peces en la zona del Yacht Club (foto).
2- Extracción
Una vez capturados, los pejerreyes son trasladados de manera urgente para recoger las ovas y el semen. “Antes lo hacíamos en el campo, pero se consiguen mejores resultados en el laboratorio”, explica Rivieri. A cada hembra se le extraen en promedio 2.000 ovas, mientras que el semen de un macho sirve para fecundar unas 6.000 ovas.
3- Inseminación
Las ovas se colocan en una bandeja y luego se arroja el semen y muchas veces más de lo normal para asegurar la fecundación. Con la misma cola se mezcla y se lo deja reposar. A los 20 minutos aproximadamente se forma una masa que luego se separará arrojándole agua en forma de chorro y de manera muy suave para que no se arruine el proceso.
“Con tijeras especiales separamos aún más las ovas fecundadas y se las coloca en recipientes que reciben agua permanentemente de una pipeta”, explica Rivieri. Permanentemente se les toma la temperatura, ya que el nacimiento generalmente se produce una vez que se llega a los 200 grados UTA (unidad térmica acumulada).
5- El nacimiento
Cuando el agua llega a unos 150 grados UTA se puede notar los ojos de los pejerreyes. A los 7 u 8 días ya nacen en el laboratorio. “La efectividad de este proceso, en los últimos tiempos, alcanza el 90 %, según nuestros registros”, comenta Rivieri. Antes de que empiecen a comer, los técnicos deben definir su futuro.
Los alevinos, que en esos momentos miden un milímetro, con redes especiales, son capturados y puestos en bolsas especiales para ser trasladados a los lugares aptos para ser sembrados. Entre otros puntos se tienen en cuenta la temperatura y calidad de agua del destino final, factibilidad de traslado y si contarán con el alimento necesario para poder desarrollarse con normalidad.
7- Reserva
Los alevinos que quedaron en los vasos o los que fueron intencionalmente separados, se los coloca en los piletones de la Estación de Piscicultura de El Cadillal. Allí se alimentan con plancton primero y alimento balanceado que les arrojan después. Una vez que alcanzan los 15 centímetros serán sembrados en lugares que son más hostiles.