09 Noviembre 2014
No saldrán a la cancha para hacer una ronda en el medio y rezar ante la vista de todos, ni tendrán un ritual en el vestuario imitando costumbres quizás más típicas en el fútbol brasileño. Sin embargo hoy, ante Central Córdoba de Santiago del Estero, todo será de ayuda. San Martín no sólo debe hacer las cosas bien y ganar su segundo partido en La Ciudadela. También necesita un milagro que lo mantenga con vida en el torneo.
Difícil pero no imposible. En estas instancias, donde es todo o nada, fe y creencias entran en juego más que nunca y los jugadores se apegan a ellas para mantener la esperanza de un resultado positivo. “A Dios le pido que nos ayude a conseguir el objetivo. Siempre, un ratito antes de los partidos, pido que nos salgan bien las cosas”, cuenta de su “ceremonia” Edgardo Díaz, sabiendo bien que el pedido para hoy será tan especial como general.
“Yo siempre pido lo mismo: que nos vaya bien en el partido que sea. Dependemos de otro resultado eso es lo malo. Pero en nuestras cabezas está salir a ganar y después esperar. Por desgracia es así...”, coincide con Díaz y se lamenta Gerardo Pérez, esperando que la ayudita divina no sólo aparezca en La Ciudadela sino también que llegue desde Salta. “Seguro, así va a ser”, sueña después “Lalo”, rogando que en “La Linda” Juventud Antoniana no le gane a Unión Aconquija, de Catamarca, para que entonces el “santo” (mientras gane su partido) sea cuarto de la zona, clasifique a los play offs y pueda jugar por el segundo ascenso.
Hoy es eso u otro año más en la categoría para San Martín, que de quedar en el camino tendrá por delante al menos cinco meses sin competencia, esperando el formato del nuevo torneo.
“Yo también siempre le estoy pidiendo a Dios nuestro señor Jesús, a San Expedito y a la Virgen. Siempre. Sé que ellos nos darán una gran ayuda”, enumeró, pasional y religioso, Gonzalo Rodríguez, el delantero que habitualmente es la primera alternativa del equipo para aportar potencia y ataque cuando más de uno se va quedando sin piernas. Toda esa fuerza que despliega “Gonza” en la cancha es la que pone a la hora de las adoraciones. “Los santos nos ayudarán y también dependerá de nosotros, de lo que podamos hacer dentro del campo. El que juegue va dar lo mejor de cada uno para que nos quedemos con el triunfo y sobre todo con la clasificación, que es lo que vamos a buscar desde el minuto cero hasta que suene el pitazo final”, promete.
Ganar y esperar que se de el resultado ajeno necesario será la única receta posible para San Martín. Esa que hoy aparecerá en todas sus oraciones.
San Martín debe vencer a Central Córdoba y esperar que Juventud Antoniana pierda o empate con Unión Aconquija, en Salta.
Si empata y Antoniana pierde, igualarán en posiciones (18 puntos) pero clasificarán los salteños por tener ventaja deportiva.
Para ser el mejor quinto debe ganar y esperar que no ganen Maipú, Indep. de Neuquén, Chaco For Ever ni Defensores de Ramallo.
Difícil pero no imposible. En estas instancias, donde es todo o nada, fe y creencias entran en juego más que nunca y los jugadores se apegan a ellas para mantener la esperanza de un resultado positivo. “A Dios le pido que nos ayude a conseguir el objetivo. Siempre, un ratito antes de los partidos, pido que nos salgan bien las cosas”, cuenta de su “ceremonia” Edgardo Díaz, sabiendo bien que el pedido para hoy será tan especial como general.
“Yo siempre pido lo mismo: que nos vaya bien en el partido que sea. Dependemos de otro resultado eso es lo malo. Pero en nuestras cabezas está salir a ganar y después esperar. Por desgracia es así...”, coincide con Díaz y se lamenta Gerardo Pérez, esperando que la ayudita divina no sólo aparezca en La Ciudadela sino también que llegue desde Salta. “Seguro, así va a ser”, sueña después “Lalo”, rogando que en “La Linda” Juventud Antoniana no le gane a Unión Aconquija, de Catamarca, para que entonces el “santo” (mientras gane su partido) sea cuarto de la zona, clasifique a los play offs y pueda jugar por el segundo ascenso.
Hoy es eso u otro año más en la categoría para San Martín, que de quedar en el camino tendrá por delante al menos cinco meses sin competencia, esperando el formato del nuevo torneo.
“Yo también siempre le estoy pidiendo a Dios nuestro señor Jesús, a San Expedito y a la Virgen. Siempre. Sé que ellos nos darán una gran ayuda”, enumeró, pasional y religioso, Gonzalo Rodríguez, el delantero que habitualmente es la primera alternativa del equipo para aportar potencia y ataque cuando más de uno se va quedando sin piernas. Toda esa fuerza que despliega “Gonza” en la cancha es la que pone a la hora de las adoraciones. “Los santos nos ayudarán y también dependerá de nosotros, de lo que podamos hacer dentro del campo. El que juegue va dar lo mejor de cada uno para que nos quedemos con el triunfo y sobre todo con la clasificación, que es lo que vamos a buscar desde el minuto cero hasta que suene el pitazo final”, promete.
Ganar y esperar que se de el resultado ajeno necesario será la única receta posible para San Martín. Esa que hoy aparecerá en todas sus oraciones.
San Martín debe vencer a Central Córdoba y esperar que Juventud Antoniana pierda o empate con Unión Aconquija, en Salta.
Si empata y Antoniana pierde, igualarán en posiciones (18 puntos) pero clasificarán los salteños por tener ventaja deportiva.
Para ser el mejor quinto debe ganar y esperar que no ganen Maipú, Indep. de Neuquén, Chaco For Ever ni Defensores de Ramallo.