03 Enero 2015
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n Los vidrios polarizados (en realidad tonalizados) se usan con el argumento de la seguridad personal, pero pueden atentar contra la seguridad vial. A la noche, cuando la visibilidad está reducida, el uso de esos vidrios aumenta la posibilidad de que se nos “escape” algo que aparezca en nuestro campo visual. Es elemental mantener la limpieza de los vidrios, y las personas que usan anteojos recetados deben tener el mismo cuidado con sus lentes. Las capacidades visuales se pueden reducir mucho y el efecto puede ser más nocivo aún durante la noche, con las luces deslumbrantes de otros autos.
- A las mejores condiciones visuales las tenemos durante el día. Durante la noche, el campo visual se reduce al alcance de la iluminación del auto y nuestra sensibilidad para detectar objetos en el camino también es mucho menor. En el horario del crepúsculo, cuando nuestro sistema visual se va adaptando de la luz a la oscuridad, las condiciones son muy cambiantes y también tenemos que prestar especial cuidado al momento de conducir.
- Evitar usar luces de xenón en autos que no las traen de fábrica (foto). Si bien aportan mucha luz para el conductor del auto que las lleva, es muy inhabilitante para el conductor que viene en sentido contrario. Los autos que tienen luces de xenón de fábrica cuentan con una óptica adecuada para dirigir esos haces y atenuar los efectos sobre los autos que vienen en contra. Los que más sufren esas luces son los conductores mayores de 60 años que son más sensibles a los efectos del color de la radiación del xenón.
- Los anteojos de sol pueden ser muy buenos aliados, tanto para las personas con una especial sensibilidad a la luz, como para reducir los reflejos del sol sobre el pavimento.
- Durante el día es muy importante llevar las luces bajas encendidas: puede ser la diferencia entre que un peatón u otro conductor vean o no nuestro auto.
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