14 Enero 2015
Amado y odiado en partes iguales, Mario Vargas Llosa, Nobel de Literatura, es incuestionable en su aporte literario. Y como lector ávido, días atrás recomendó al diario peruano La República nueve libros que según él hay que leer antes de morir. Esta es la lista del autor de “Converación en la catedral” y sus comentarios sobre por qué eligió estas obras.
1- “La señora Dalloway”, de Virginia Woolf
“El embellecimiento sistemático de la vida gracias a su refracción en sensibilidades exquisitas, capaces de libar en todos los objetos y en todas las circunstancias la secreta hermosura que encierran, es lo que confiere al mundo de ‘La señora Dalloway’ su milagrosa originalidad”, explica el Premio Nobel.
2- “Lolita”, de Vladimir Nabokov
“Humbert Humbert cuenta esta historia con las pausas, suspensos, falsas pistas, ironías y ambigüedades de un narrador consumado en el arte de reavivar a cada momento la curiosidad del lector. Su historia es escandalosa pero no pornográfica, ni siquiera erótica. Una burla incesante de instituciones, profesiones y quehaceres, desde el psicoanálisis -una de las bestias negras de Nabokov- hasta la educación y la familia, permean el diálogo de Humbert Humbert”, explica sobre la obra.
3- “El corazón de las tinieblas”, de Joseph Conrad
Uno de los libros favoritos del autor, que dio lugar al clásico infinito del cine bélico ‘Apocalipsis Now’ una de las obras cumbre del director Francis Ford Coppola. “Pocas historias han logrado expresar, de manera tan sintética y subyugante como ésta, el mal, entendido en sus connotaciones metafísicas individuales y en sus proyecciones sociales”, comenta Vargas Llosa.
4- “Trópico de cáncer”, de Henry Miller
Una de las obras maestras de la literatura americana contemporánea del maestro de la evocación. “El narrador-personaje de Trópico de Cáncer es la gran creación de la novela, el éxito supremo de Miller como novelista. Ese ‘Henry’ obsceno y narcisista, despectivo del mundo, solícito solo con su falo y sus tripas, tiene, ante todo, una verba inconfundible, una rabelesiana vitalidad para transmutar en arte lo vulgar y lo sucio, para espiritualizar con su gran vozarrón poético las funciones fisiológicas, la mezquindad, lo sórdido, para dar una dignidad estética a la grosería”, alega.
5- “Auto de fe”, Elias Canetti
“Al mismo tiempo que los demonios de su sociedad y de su época, Canetti se sirvió también de los que lo habitaban sólo a él. Barroco emblema de un mundo a punto de estallar, su novela es asimismo una fantasmagórica creación soberana en la que el artista ha fundido sus fobias y apetitos más íntimos con los sobresaltos y crisis que resquebrajan su mundo”, apunta.
6- “El gran Gatsby”, de Francis Scott Fiztgerald
Otra obra que ha sido llevada al cine y que recomienda el peruano. “Toda la novela es un complejo laberinto de muchas puertas y cualquiera de ellas sirve para entrar en su intimidad. La que nos abre esta confesión del autor de ‘El gran Gatsby’ da a una historia romántica, de esas que hacían llorar”, indica.
7- “El doctor Zhivago”, de Boris Pasternak
“…Pero sin esa confusa historia que los manosea, aturde, y, finalmente, despedaza, las vidas de los protagonistas no serían lo que son. Éste es el tema central de la novela, el que reaparece, una y otra vez, como leimotiv, a lo largo de su tumultuosa peripecia: la indefensión del individuo frente a la historia, su fragilidad e impotencia cuando se ve atrapado en el remolino del ‘gran acontecimiento’”, sentencia.
8- “El gatopardo”, de Giuseppe Tomasi de Lampedusa
“Como en Lezama Lima, como en Alejo Carpentier, narradores barrocos que se le parecen porque también ellos construyeron unos mundos lierarios de belleza escultórica, emancipados de la corrosión temporal, en ‘El gatopardo’ la varita mágica que ejecuta aquella superchería mediante la cual la ficción adquiere fisonomía propia, un tiempo soberano distinto del cronológico, es el lenguaje”, reflexiona.
9- “Opiniones de un payaso”, Heinrich Böll
“Es un buen testimonio de esta sensibilidad social escrupulosa hasta la manía. Se trata de una ficción ideológica, o, como decían aún en la época en que apareció (1963), ‘comprometida’. La historia sirve de pretexto a un severísimo enjuiciamiento religioso y moral del catolicismo y de la sociedad burguesa en la Alemania Federal de la posguerra”, finaliza.
LOS CHICOS QUIEREN:
- Gaturro a lo grande N° 5 y el N° 23 de formato común
- La trilogía de Blue Jeans (seudónimo). El más conocido es “Buenos días princesa”.
LOS JÓVENES BUSCAN
- Una estrella que no se apaga, biografía en la que se basa “Bajo la misma estrella”. Esther Earl
LOS ADULTOS PIDEN:
- “Usar el cerebro”. Facundo Manes
- “Yo el peor de todos”. Jorge Rial.
- “Historias inconscientes”
- Encuentros, el lado B del amor. Los dos de Gabriel Rolón
- “Historias clínicas 2” Daniel López Rosetti
- “Mas gente tóxica”. Bernardo Stamatea
ESTÁN AGOTADOS, AUNQUE LLEGARÁN EN BREVE
- “En cambio” y “Ágilmente”. Ambos de Estanislao Bachrach
- “Novelas: el puñal”. Jorge Fernández Díaz
- “Una mujer única”. Ernesto Tenembaum
- “Por el sendero de las lágrimas”. Gloria Casañas
- “El estudiante”. John Katzenbach
1- “La señora Dalloway”, de Virginia Woolf
“El embellecimiento sistemático de la vida gracias a su refracción en sensibilidades exquisitas, capaces de libar en todos los objetos y en todas las circunstancias la secreta hermosura que encierran, es lo que confiere al mundo de ‘La señora Dalloway’ su milagrosa originalidad”, explica el Premio Nobel.
2- “Lolita”, de Vladimir Nabokov
“Humbert Humbert cuenta esta historia con las pausas, suspensos, falsas pistas, ironías y ambigüedades de un narrador consumado en el arte de reavivar a cada momento la curiosidad del lector. Su historia es escandalosa pero no pornográfica, ni siquiera erótica. Una burla incesante de instituciones, profesiones y quehaceres, desde el psicoanálisis -una de las bestias negras de Nabokov- hasta la educación y la familia, permean el diálogo de Humbert Humbert”, explica sobre la obra.
3- “El corazón de las tinieblas”, de Joseph Conrad
Uno de los libros favoritos del autor, que dio lugar al clásico infinito del cine bélico ‘Apocalipsis Now’ una de las obras cumbre del director Francis Ford Coppola. “Pocas historias han logrado expresar, de manera tan sintética y subyugante como ésta, el mal, entendido en sus connotaciones metafísicas individuales y en sus proyecciones sociales”, comenta Vargas Llosa.
4- “Trópico de cáncer”, de Henry Miller
Una de las obras maestras de la literatura americana contemporánea del maestro de la evocación. “El narrador-personaje de Trópico de Cáncer es la gran creación de la novela, el éxito supremo de Miller como novelista. Ese ‘Henry’ obsceno y narcisista, despectivo del mundo, solícito solo con su falo y sus tripas, tiene, ante todo, una verba inconfundible, una rabelesiana vitalidad para transmutar en arte lo vulgar y lo sucio, para espiritualizar con su gran vozarrón poético las funciones fisiológicas, la mezquindad, lo sórdido, para dar una dignidad estética a la grosería”, alega.
5- “Auto de fe”, Elias Canetti
“Al mismo tiempo que los demonios de su sociedad y de su época, Canetti se sirvió también de los que lo habitaban sólo a él. Barroco emblema de un mundo a punto de estallar, su novela es asimismo una fantasmagórica creación soberana en la que el artista ha fundido sus fobias y apetitos más íntimos con los sobresaltos y crisis que resquebrajan su mundo”, apunta.
6- “El gran Gatsby”, de Francis Scott Fiztgerald
Otra obra que ha sido llevada al cine y que recomienda el peruano. “Toda la novela es un complejo laberinto de muchas puertas y cualquiera de ellas sirve para entrar en su intimidad. La que nos abre esta confesión del autor de ‘El gran Gatsby’ da a una historia romántica, de esas que hacían llorar”, indica.
7- “El doctor Zhivago”, de Boris Pasternak
“…Pero sin esa confusa historia que los manosea, aturde, y, finalmente, despedaza, las vidas de los protagonistas no serían lo que son. Éste es el tema central de la novela, el que reaparece, una y otra vez, como leimotiv, a lo largo de su tumultuosa peripecia: la indefensión del individuo frente a la historia, su fragilidad e impotencia cuando se ve atrapado en el remolino del ‘gran acontecimiento’”, sentencia.
8- “El gatopardo”, de Giuseppe Tomasi de Lampedusa
“Como en Lezama Lima, como en Alejo Carpentier, narradores barrocos que se le parecen porque también ellos construyeron unos mundos lierarios de belleza escultórica, emancipados de la corrosión temporal, en ‘El gatopardo’ la varita mágica que ejecuta aquella superchería mediante la cual la ficción adquiere fisonomía propia, un tiempo soberano distinto del cronológico, es el lenguaje”, reflexiona.
9- “Opiniones de un payaso”, Heinrich Böll
“Es un buen testimonio de esta sensibilidad social escrupulosa hasta la manía. Se trata de una ficción ideológica, o, como decían aún en la época en que apareció (1963), ‘comprometida’. La historia sirve de pretexto a un severísimo enjuiciamiento religioso y moral del catolicismo y de la sociedad burguesa en la Alemania Federal de la posguerra”, finaliza.
LOS CHICOS QUIEREN:
- Gaturro a lo grande N° 5 y el N° 23 de formato común
- La trilogía de Blue Jeans (seudónimo). El más conocido es “Buenos días princesa”.
LOS JÓVENES BUSCAN
- Una estrella que no se apaga, biografía en la que se basa “Bajo la misma estrella”. Esther Earl
LOS ADULTOS PIDEN:
- “Usar el cerebro”. Facundo Manes
- “Yo el peor de todos”. Jorge Rial.
- “Historias inconscientes”
- Encuentros, el lado B del amor. Los dos de Gabriel Rolón
- “Historias clínicas 2” Daniel López Rosetti
- “Mas gente tóxica”. Bernardo Stamatea
ESTÁN AGOTADOS, AUNQUE LLEGARÁN EN BREVE
- “En cambio” y “Ágilmente”. Ambos de Estanislao Bachrach
- “Novelas: el puñal”. Jorge Fernández Díaz
- “Una mujer única”. Ernesto Tenembaum
- “Por el sendero de las lágrimas”. Gloria Casañas
- “El estudiante”. John Katzenbach