La falta de mantenimiento del lecho de los ríos puso en jaque varios puentes

La desforestación y la extracción de áridos en los cauces son dos cuestiones en las que ponen la lupa los expertos

La falta de mantenimiento del lecho de      los ríos puso en jaque varios puentes
12 Marzo 2015
Las imágenes asombran. Resultan increíbles. Cómo puede ser que esas grandes estructuras que tienen los puentes resulten tan indefensas ante la naturaleza, es una pregunta común en estos días. Nueve viaductos se vieron afectados desde el fin de semana a causa de las lluvias torrenciales que se vienen sucediendo en la provincia. ¿Ha sido una falla en los diseños de los puentes? ¿O el temporal fue tan extraordinario que nada se podría haber evitado?

Las primeras estructuras que cedieron fueron las ubicadas sobre el río La Sala (ruta 305), que une El Sunchal con Villa Padre Monti y Río Nío, y el terraplén de acceso al puente sobre el río Calera (ruta 321). La crecida del río Jaya arrasó con el puente del Parque Nacional Campo de Los Alisos y en La Sala otros dos no soportaron la fuerza del agua. Ayer, las aguas se llevaron el paso sobre el río Zerda, en la ruta 307, y el río Lules derrumbó parte del puente sobre la 301, mientras que el cauce del Caspinchango deterioró las bases del puente que lo cruza sobre la ruta 324. Además, la circulación por el puente que cruza el Río Muerto, en Yerba Buena, fue restringida; sólo pueden pasar los vecinos de la zona.

“Los caudales de agua en estos días fueron extraordinarios. Algunos expertos sostienen que hace 25 años no se registraba algo así, mientras que otros aseguran que jamás se vio algo igual”, arrancó el ingeniero José Ricardo Ascárate, profesor de la cátedra de Vías de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNT. Más allá del agua caída, para este especialista el gran problema es la falta de absorción que tienen los suelos actualmente como consecuencia del desmonte y el avance de los barrios sobre el pedemonte.

“El desmonte duplica la cantidad de agua que cae desde los cerros. Un claro ejemplo es cómo reventó el canal sur. Hay que controlar estas acciones del hombre porque si bien fue un temporal atípico, la tala indiscriminada agrava todo”, evaluó.

Según detalló, cuando se construye un puente se calcula que pueda resistir un caudal de lluvia de un evento extraordinario que ocurre cada 50 años, por ejemplo. “A la luz de los últimos hechos, eso tiene que cambiar: hay que prever el doble de agua”, detalló.

Hay otro punto fundamental: “venimos de un período de sequía en los últimos 5 a 10 años. En los ríos circuló menos agua y a una menor velocidad, lo cual elevó los fondos de los lechos, que deberían estar a tres o cuatro metros de los puentes, y estaban ahora a un metro o un metro y medio”. “La sequía relajó los trabajos de mantemiento de los cauces. Se deberían haber profundizado los lechos. Bajo los puentes había muy poco espacio para que pase agua. Esto es algo en lo que no se puede bajar la guardia. Las consecuencias están a la vista”, disparó.

Los expertos que ayer evaluaron la situación del puente sobre el río Lules se quedaron sorprendidos: el agua pasó principalmente por el lado sur del viaducto (donde se cayó el terraplén de acceso), mientras que por el sector norte casi no hubo paso de agua. Es evidente que el río no estaba encauzado, señalaron.

Sebastián Moyano, doctor en Geología y especialista en el tema de sedimentación, acudió hasta el lugar y sacó algunas conclusiones. “La extracción de áridos cerca de los puentes es otra de las causas principales de lo que estamos viendo en estos días”, dijo el experto, que es presidente del Colegio de Geólogos de Tucumán y anunció que hará una denuncia formal sobre este hecho.

Otro caso que sigue encendiendo la polémica es la caída del puente de acceso al Parque Nacional Campo de los Alisos, a 18 km de Concepción. El viaducto, que fue inaugurado en 2013, costó $ 11 millones. El problema, según los especialistas, es que cuando se construye un cruce sobre ríos de montaña es que se corren estos riesgos porque estos cauces llevan caudales sólidos muy grandes.

Si bien este puente contaba con una luz libre importante (de unos cuatro metros), tenía columnas en el medio. “El Jaya transporta piedras del tamaño de una casa. Poner columnas de hormigón y esperar que no las rompan es de locos”, criticó el arquitecto Carlos Olarte, concejal de Concepción.

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