14 Marzo 2015
Valeria Lynch describe su último disco como “un regreso a lo grande” y el interlocutor podría perfectamente preguntarse de dónde regresa la cantante que, en apariencia, siempre está en el candelero. Pero Lynch -la argentina que cantó en el Carnegie Hall de Nueva York, la voz que en 1985 le sacó un premio de la mano a la mismísima La Toya Jackson- asume que cualquier carrera es perecedera y, antes de confiarse en su increíble trayectoria, prefiere reinventarse y hablar de cada renacimiento como una nueva vuelta.
Símbolo de esa filosofía es “Valeria con todo”, el álbum que sirve como excusa para que recale esta noche en Tucumán. “Es un CD de baladas pop con letras exquisitas, de grandes autores y en el que puedo lucir mi fuerza interpretativa. En el show (de hoy) voy a cantar algunos temas nuevos. ¡Son bárbaros, bien intensos y para cortarse las venas! Además de los temas clásicos, que siempre me piden y me matan si no los hago, tengo unos invitados de lujo: Los Latinos, que participarán de un homenaje a Estela Raval”, señaló Valeria, en una entrevista por mail. El recital arrancará a las 22, en el teatro Mercedes Sosa (San Martín al 400).
- Luego de tantos hits, ¿qué te interesa de una nueva canción?
- Busco que tenga que ver con mi estilo, que exprese mi esencia. Por supuesto que me interesa que le guste a la gente, pero estoy convencida de que si al escucharlo por primera vez el tema me eriza la piel, a la gente le pasará lo mismo.
- Recibiste el Grammy a la Excelencia, ¿qué debe tener un artista para ser excelente?
- Debe ser auténtico. Lograr la excelencia en el campo donde uno se desarrolla es un camino de muchísimo esfuerzo y trabajo arduo, pero los vale. Se debe trabajar mucho no sólo para ser un artista reconocido y querido por la gente, sino también para mantenerse en ese lugar. Hay que arriesgar, jugarse y aggiornarse constantemente. Recibir el Grammy a la Excelencia Musical fue un momento increíble, uno de los hitos más importantes de mi trayectoria, sin lugar a dudas. Un Grammy no es un premio más para un músico, menos para uno de la Argentina, porque estamos muy lejos de todo. Me siento muy honrada y súper feliz por tamaña distinción y, como dije en la ceremonia de entrega, ¡espero que no sea el último!
- ¿Por qué crees que las canciones que otros artistas no hicieron conocidas en tu voz alcanzaron mucha trascendencia?
- Tiene que ver con mi estilo personal, con mi manera de interpretar cada canción. Con la fuerza, la garra, la pasión visceral… soy una artista que entrega el alma y el corazón en cada tema. La identificación de la gente con mis canciones no sólo tiene que ver con las letras sino también con la manera en que las canto. Eso es lo que hace que un artista llegue al corazón del público.
- ¿Qué obstáculos encontrás a esta altura de tu carrera?
- Tener una trayectoria de muchos años y ser reconocida y popular tiene sus ventajas, pero también conlleva una gran responsabilidad y riesgo ante cada proyecto, porque es mucho lo que se arriesga. Para los artistas nacionales hoy es muy difícil todo porque casi no existen programas musicales donde podamos promocionar nuestro trabajo. Por suerte existen las redes sociales y a través de ellas la gente puede seguir a sus artistas favoritos y conocer lo que están haciendo. Uno de los obstáculos que me ocupé de derribar fue el hecho de vencer los prejuicios en cuanto a la diferencia entre los géneros musicales. Siempre fui rebelde y me animé a incursionar en casi todos los estilos: canté ópera en el musical “Las hijas de Caruso”, rock, tango y hasta chamamé con las hermanas Vera. Creo que no existen barreras entre los estilos. El lenguaje de la música es único y universal.
- Entre tanta oferta de artistas, ¿cómo se hace para llamar la atención del público?
- Hace falta mucho más que la trayectoria. Es necesario renovarse constantemente, tomar riesgos y darlo todo al estar frente al público. Un artista con una gran trayectoria es una marca registrada, pero no escapa de tener que rendir examen cada vez que tiene la responsabilidad de estar arriba de un escenario. Perdurar en el corazón de la gente y sentirme elegida y respetada a lo largo de estos años es un gran honor y me llena de satisfacción.
- ¿Cuál ha sido el elogio más ocurrente en todos estos años?
- Cuando le preguntaron a mi mamá “¿qué se siente ser la madre de un monstruo?”. ¡Eso fue muy gracioso y ocurrente!
- ¿Y cuál la peor vergüenza?
- Recuerdo una oportunidad en que iba manejando por la ruta y un camionero no me dejaba pasarlo. Me dio bronca y entonces empecé a gritarle de todo. Me dijo “qué boquita Valeria…”. ¡Yo pensaba que no me iba a reconocer!
Símbolo de esa filosofía es “Valeria con todo”, el álbum que sirve como excusa para que recale esta noche en Tucumán. “Es un CD de baladas pop con letras exquisitas, de grandes autores y en el que puedo lucir mi fuerza interpretativa. En el show (de hoy) voy a cantar algunos temas nuevos. ¡Son bárbaros, bien intensos y para cortarse las venas! Además de los temas clásicos, que siempre me piden y me matan si no los hago, tengo unos invitados de lujo: Los Latinos, que participarán de un homenaje a Estela Raval”, señaló Valeria, en una entrevista por mail. El recital arrancará a las 22, en el teatro Mercedes Sosa (San Martín al 400).
- Luego de tantos hits, ¿qué te interesa de una nueva canción?
- Busco que tenga que ver con mi estilo, que exprese mi esencia. Por supuesto que me interesa que le guste a la gente, pero estoy convencida de que si al escucharlo por primera vez el tema me eriza la piel, a la gente le pasará lo mismo.
- Recibiste el Grammy a la Excelencia, ¿qué debe tener un artista para ser excelente?
- Debe ser auténtico. Lograr la excelencia en el campo donde uno se desarrolla es un camino de muchísimo esfuerzo y trabajo arduo, pero los vale. Se debe trabajar mucho no sólo para ser un artista reconocido y querido por la gente, sino también para mantenerse en ese lugar. Hay que arriesgar, jugarse y aggiornarse constantemente. Recibir el Grammy a la Excelencia Musical fue un momento increíble, uno de los hitos más importantes de mi trayectoria, sin lugar a dudas. Un Grammy no es un premio más para un músico, menos para uno de la Argentina, porque estamos muy lejos de todo. Me siento muy honrada y súper feliz por tamaña distinción y, como dije en la ceremonia de entrega, ¡espero que no sea el último!
- ¿Por qué crees que las canciones que otros artistas no hicieron conocidas en tu voz alcanzaron mucha trascendencia?
- Tiene que ver con mi estilo personal, con mi manera de interpretar cada canción. Con la fuerza, la garra, la pasión visceral… soy una artista que entrega el alma y el corazón en cada tema. La identificación de la gente con mis canciones no sólo tiene que ver con las letras sino también con la manera en que las canto. Eso es lo que hace que un artista llegue al corazón del público.
- ¿Qué obstáculos encontrás a esta altura de tu carrera?
- Tener una trayectoria de muchos años y ser reconocida y popular tiene sus ventajas, pero también conlleva una gran responsabilidad y riesgo ante cada proyecto, porque es mucho lo que se arriesga. Para los artistas nacionales hoy es muy difícil todo porque casi no existen programas musicales donde podamos promocionar nuestro trabajo. Por suerte existen las redes sociales y a través de ellas la gente puede seguir a sus artistas favoritos y conocer lo que están haciendo. Uno de los obstáculos que me ocupé de derribar fue el hecho de vencer los prejuicios en cuanto a la diferencia entre los géneros musicales. Siempre fui rebelde y me animé a incursionar en casi todos los estilos: canté ópera en el musical “Las hijas de Caruso”, rock, tango y hasta chamamé con las hermanas Vera. Creo que no existen barreras entre los estilos. El lenguaje de la música es único y universal.
- Entre tanta oferta de artistas, ¿cómo se hace para llamar la atención del público?
- Hace falta mucho más que la trayectoria. Es necesario renovarse constantemente, tomar riesgos y darlo todo al estar frente al público. Un artista con una gran trayectoria es una marca registrada, pero no escapa de tener que rendir examen cada vez que tiene la responsabilidad de estar arriba de un escenario. Perdurar en el corazón de la gente y sentirme elegida y respetada a lo largo de estos años es un gran honor y me llena de satisfacción.
- ¿Cuál ha sido el elogio más ocurrente en todos estos años?
- Cuando le preguntaron a mi mamá “¿qué se siente ser la madre de un monstruo?”. ¡Eso fue muy gracioso y ocurrente!
- ¿Y cuál la peor vergüenza?
- Recuerdo una oportunidad en que iba manejando por la ruta y un camionero no me dejaba pasarlo. Me dio bronca y entonces empecé a gritarle de todo. Me dijo “qué boquita Valeria…”. ¡Yo pensaba que no me iba a reconocer!