15 Marzo 2015
REUTERS
RÍO DE JANEIRO.- Pese a ser claramente minoritarios, grupos de manifestantes nostálgicos de la dictadura militar participaron hoy en las protestas realizadas en Brasilia y en otros 18 estados de Brasil en favor de la destitución o renuncia de la presidenta Dilma Rousseff.
Portando grandes pancartas en favor de una "intervención militar", los defensores de la destitución forzosa del gobierno se destacaron ante las cámaras de televisión, pero en muchos casos enfrentaron la hostilidad de los demás manifestantes.
Esto fue lo que le pasó al diputado ultraderechista y militar retirado Jair Bolsonaro, quien intentó tomar el micrófono para hacer un discurso ante las estimadas 15.000 personas que participaron en la protesta en Río y fue recibido con abucheos por los manifestantes.
El diputado del derechista Partido Progresista (PP) -que integra la coalición gubernamental encabezada por el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff- aseguró que no defiende un golpe militar, y sí un juicio político del Congreso para destituir a la mandataria.
"(Rousseff) está en una situación en la que ya no puede gobernar, es abucheada en todas partes. No puede seguir comandando un país tan grande como el nuestro", sostuvo poco antes de la protesta, en una entrevista al portal UOL.
Pese a que no pudo hablar a la multitud, Bolsonaro, quien fue el diputado federal más votado de Río de Janeiro en las urnas de octubre pasado, fue saludado por varios manifestantes que prometieron apoyarlo en caso de que decida postularse a la Presidencia de Brasil.
Participantes de las protestas que abogaron por una intervención militar aseguraron que su posición no significa un respaldo al regreso del país a la dictadura. Ésta terminó hace precisamente 30 años con la investidura en la Presidencia de José Sarney, el primer presidente civil que tuvo el país desde el derrocamiento de Joao Goulart en 1964.
"La intervención de las Fuerzas Armadas no es el objetivo final, sino un medio para reinstalar la democracia después de barrer a los políticos corruptos", afirmó la abogada Irene Azevedo.
Asimismo, la fisioterapeuta Paula Rocha aclaró que considera una intervención militar como un medio para sacar del poder a Rousseff, quien asumió hace menos de tres meses su segundo mandato, conquistado en las urnas de octubre pasado. (DPA)
Portando grandes pancartas en favor de una "intervención militar", los defensores de la destitución forzosa del gobierno se destacaron ante las cámaras de televisión, pero en muchos casos enfrentaron la hostilidad de los demás manifestantes.
Esto fue lo que le pasó al diputado ultraderechista y militar retirado Jair Bolsonaro, quien intentó tomar el micrófono para hacer un discurso ante las estimadas 15.000 personas que participaron en la protesta en Río y fue recibido con abucheos por los manifestantes.
El diputado del derechista Partido Progresista (PP) -que integra la coalición gubernamental encabezada por el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff- aseguró que no defiende un golpe militar, y sí un juicio político del Congreso para destituir a la mandataria.
"(Rousseff) está en una situación en la que ya no puede gobernar, es abucheada en todas partes. No puede seguir comandando un país tan grande como el nuestro", sostuvo poco antes de la protesta, en una entrevista al portal UOL.
Pese a que no pudo hablar a la multitud, Bolsonaro, quien fue el diputado federal más votado de Río de Janeiro en las urnas de octubre pasado, fue saludado por varios manifestantes que prometieron apoyarlo en caso de que decida postularse a la Presidencia de Brasil.
Participantes de las protestas que abogaron por una intervención militar aseguraron que su posición no significa un respaldo al regreso del país a la dictadura. Ésta terminó hace precisamente 30 años con la investidura en la Presidencia de José Sarney, el primer presidente civil que tuvo el país desde el derrocamiento de Joao Goulart en 1964.
"La intervención de las Fuerzas Armadas no es el objetivo final, sino un medio para reinstalar la democracia después de barrer a los políticos corruptos", afirmó la abogada Irene Azevedo.
Asimismo, la fisioterapeuta Paula Rocha aclaró que considera una intervención militar como un medio para sacar del poder a Rousseff, quien asumió hace menos de tres meses su segundo mandato, conquistado en las urnas de octubre pasado. (DPA)
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