Atlético: murió el "Correcaminos" Reartez, tras una dura enfermedad

La despedida será hoy a las 11 en el cementerio de La Paz.

SIGUIÓ TRABAJANDO. Reartez, rodeado de los más chicos en el 2013, cuando dirigía la Escuelita de fútbol del club.  LA GACETA / FOTOS DE ARCHIVO SIGUIÓ TRABAJANDO. Reartez, rodeado de los más chicos en el 2013, cuando dirigía la Escuelita de fútbol del club. LA GACETA / FOTOS DE ARCHIVO
25 Marzo 2015
Nadie puede medir la utilidad de una persona en nuestra tierra pero con algunos, puede intentárselo. Así es como el pueblo “decano” -y el no “decano” también- se lamenta: ¡qué poco estuvo entre nosotros Luis Reartez! Ayer a las 17.15 terminó el partido que venía jugando desde hace varios años y había entrado en su etapa final en los 40 días previos, cuando estuvo internado en un sanatorio. La despedida será hoy a las 11 en el cementerio de La Paz.  

La enfermedad que lo persiguió en la última parte de su vida terminó llevándoselo pero él ya había hecho de las suyas. Y eso que arrancó tarde, ¿eh? El “Correcaminos”, dueño de uno de los apodos quizás más originales y familiares al oído de los fanáticos, trabajó como empleado bancario y a los 23 llegó a probarse a Atlético. “Trabajaba y jugaba al mismo tiempo. Me levantaba a las 6 para ir al banco. Salía del laburo a las 15 y después a entrenar”, contó a LG Deportiva en 2012. Eso y su arribo tardío al profesionalismo sorprendió a sus compañeros tanto como su talento. “Nos llamaba la atención que sea tan grande. Era raro pero cuando lo vimos jugar no dejó dudas”, recuerda Raúl Aredes.

Y como si hubiese sabido que no viviría 100 años, Reartez se apuró para todo. Primero, para deslumbrar a Miguel Santos Piazza, técnico en ese momento, para moverse por el campo como el pájaro que se escapaba del Coyote en la serie animada y para ganarse el cariño de los hinchas: le marcó nueve goles oficiales a San Martín. Sin dudas, este último es un ítem que funciona de termómetro en los fanáticos aunque en otros rubros, su labor fue impecable: logró tres títulos (dos de Liga y un ascenso al Nacional B); marcó 67 goles ubicándose por ahora en el cuarto lugar de la tabla de artilleros históricos y jugó 214 partidos, algo que nunca nadie hizo hasta ahora en la historia de Atlético, tal como registra Silvio Nava, historiador del club.

Por eso y su don de gente, no sorprendió que la sala velatoria del pasaje Padilla 18 estuviera repleta. Tampoco que el plantel apresurara el fin del ensayo para rendirle homenaje, lo mismo que las inferiores y hasta ex jugadores como Diego Barrado se expresaron vía Twitter. Todo por uno de los máximos ídolos “decanos” que llegó tarde y se fue muy pronto. Sus restos serán sepultados hoy, a las 11, previo paso por el Monumental.

Comentarios