19 Abril 2015
LA GACETA
Le dijeron malbec y ella fue la primera en sumarse a la cata de vinos tucumanos que se hizo el viernes, en ocasión del Día Mundial del Malbec. Susanne Thiemann es alemana pero vive desde 2008 en estas tierras. Ha vivido en Francia, en Italia y en España y siempre ha seguido las rutas del vino, descubriendo sabores propios de cada lugar. Pero al malbec argentino no lo cambia por nada. “En Alemania no comía casi carne, pero acá es otra cosa. Un malbec acompañado de una picana... eso es Argentina, para mí”, dice esta doctora en Letras, directora del Centro de Idiomas de la Unsta. “Cuando vine a Argentina me sorprendió la calidad del vino de acá. Del vino en general y del malbec en especial. El malbec me gusta porque es muy intenso, ideal para acompañarlo con el asado, con la picana”, dice sonriente. Susanne probó los tres vinos tucumanos que se degustaron y quedó fascinada: “es increíble que una misma uva pueda lograr vinos tan distintos entre sí”. Además, valoró que en algunas bodegas se esté produciendo vinos orgánicos, sin usar fertilizantes ni pesticidas.
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