Todo un equipo policial ayudó en un parto

Asistieron a la mamá, que estaba en una vivienda precaria cuando iba a nacer el bebé.

EN LA MATERNIDAD. Los cinco policías regresaron ayer a la mañana al hospital pero no pudieron ver al bebé. la gaceta / foto de Florencia Zurita EN LA MATERNIDAD. Los cinco policías regresaron ayer a la mañana al hospital pero no pudieron ver al bebé. la gaceta / foto de Florencia Zurita
22 Julio 2015
A los policías les toca presenciar todo tipo de situaciones en su labor diaria: enfrentamientos, accidentes, crímenes. Pero la experiencia de ver nacer a una persona no es de todos los días. El domingo a la madrugada les tocó a cinco policías, quienes asistieron a una mujer que había iniciado el trabajo de parto y se encontraba sola.

Un llamado al Sistema de Emergencias 911 comunicaba que una mujer necesitaba asistencia, el domingo a la 1.40. Lo había atendido la agente Alexia Argañaraz, que en ese momento no imaginaba que sería su marido, el agente Jonnatan Zambrano, quien minutos después cortaría el cordón umbilical.

Argañaraz alertó a cinco policías que a esa hora patrullaban la zona de Villa 9 de Julio: Zambrano (26), el sargento Jorge Jiménez (49), el cabo Héctor Bulacio (41) y los agentes Ramiro Altamiranda (23) y Gabriel Díaz (27). “Como tenemos un botiquín, nos fuimos a ayudarla”, contó Zambrano.

La mujer estaba en una vivienda precaria, ubicada en calle Martín Berho al 1.300. “Justo debajo del puente de la autopista”, indicó Díaz. En la casa no había luz ni calefacción. Cuando los policías entraron, la encontraron acostada en una cama y quejándose. “No había tiempo para esperar la ambulancia”, explicó Zambrano.

Los policías se repartieron las tareas: uno intentaba tranquilizar a la mamá, un segundo policía sostenía un reflector, su compañero buscaba unas frazadas, otro esterilizaba unas tijeras y Zambrano se preparaba para recibir al bebé, de frente a la mujer.

“Todo duró menos de 10 minutos”, afirmó el Jiménez. Como es el de mayor experiencia, le indicaba a Zambrano cómo debía colocar las manos para cortar el cordón umbilical. El agente tomó al bebé en sus brazos y lo envolvió con una frazada.

“Uno de nosotros había avisado por radio a la Maternidad que ya lo llevábamos al bebé para que nos esperen listos”, siguió contando Jiménez. Zambrano subió a la camioneta de la Policía que tenía calefacción para que el recién nacido no tomara frío. Uno de sus compañeros hizo de chofer.

La mamá, en tanto, se había descompensado. Los otros policías la cargaron en un segundo móvil y también la llevaron a la Maternidad. “Al bebé lo pusieron en una incubadora”, recordó Zambrano. La mamá se encontraba bien. “Aparentemente sólo estaba cansada”, comentó Díaz.

Los policías se quedaron una hora en la Maternidad hasta que los médicos les comunicaron que el bebé estaba bien. Cuando saludaron a la mujer, antes de retirarse, esta les preguntó a Díaz y a Zambrano cómo se llamaban: “Jonathan y Gabriel”, le respondieron. Y esos fueron los nombres que escogió para su hijo.

“Es una experiencia muy linda, más para ellos que están desde hace poco. Yo llevo más años en la Policía pero nunca me había pasado algo así”, dijo Jiménez. Sobre la decisión de la mujer de homenajearlos con sus nombres, Díaz y Zambrano coincidieron: “si es en agradecimiento por una buena acción, nos parece espectacular”.

Después del parto, los policías supieron que la mujer es Mercedes Patricia Miranda, que tiene 31 años y otros 10 hijos, aparte del recién nacido. Ayer ella ya había recibido el alta, pero su bebé continuaba internado en neonatología. Fuentes de la Maternidad señalaron que Jonathan Gabriel estaba delicado y que probablemente se quede algunos días más.

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