31 Julio 2015
LOS ACUSADOS. Marelli (izquierda) mira al frente, mientras Argañaraz dialoga con la defensora oficial Marta Toledo. la gaceta / foto de antonio ferroni
Uno optó por el silencio y el otro pidió perdón, aunque se pronunció inocente. Los dos acusados de violar y asesinar a Aída Correa enfrentaron la segunda audiencia del juicio oral y público. Se estima que el debate, que continuará hoy, demande varios días más debido a que son más de 30 los testigos que deberán declarar.
Al iniciarse la audiencia de ayer, el presidente del tribunal Emilio Páez de la Torre les dio la oportunidad de declarar a los imputados, quienes están acusados de abuso sexual seguido de muerte. Horacio Ángel Marelli, quien fue pareja de la víctima, se abstuvo por recomendación de su abogado Juan Andrés Robles. Aldo Rubén Rodríguez, en cambio, decidió hablar y accedió a responder preguntas.
“Quiero pedirles perdón a todos por la situación que están pasando”, fueron las primeras palabras que dijo. Sorprendida ante el pedido de disculpas, la fiscala de Cámara Juana Prieto de Sólimo le pidió que explique por qué lo hacía. Rodríguez repitió la frase y agregó: “ellos piensan que soy culpable, por eso pido que se haga justicia para que vean que soy inocente”.
Tras escuchar esa respuesta, la fiscala le preguntó cómo explica que en el cadáver de Aída se haya encontrado ADN suyo. “No sé cómo explicar”, contestó Rodríguez. Luego reconoció que la madrugada del crimen había asistido al mismo baile que Marelli y la víctima, pero aseguró que se retiró antes de que finalizara. Dijo que, a la salida, su madre lo buscó en una moto y lo llevó a la casa de una tía, en Villa Angelina.
La tía
El cuerpo de Aída fue encontrado el 6 de febrero de 2012 en un canal de riego cercano al Río Loro, en la localidad de Las Mesadas. La mujer había sido violada de manera salvaje, presentaba cortes y mordeduras en distintas partes del cuerpo e incluso habían tratado de prenderle fuego. De acuerdo con la autopsia, murió estrangulada.
Poco después del hallazgo, la Policía detuvo a Marelli y a un hermano suyo, que más adelante sería sobreseído. Además, buscaba a Rodríguez, quien se presentó en tribunales una semana después, enterado de que tenía orden de detención. Todos esos días, según declaró ayer, había estado en la casa de su tía de Villa Angelina.
A pedido de la defensora Oficial Marta Toledo, que representa a Rodríguez, se llamó a declarar esa tía. La mujer, que se identificó como Amalia Cáceres, dijo que su sobrino estuvo en su casa porque tiene conocimientos de albañilería y ella le había pedido que levantara una tapia. Pero su declaración tuvo algunas contradicciones con lo expuesto ante el fiscal de Instrucción Guillermo Herrera durante la investigación, relacionadas con si vio o no a su sobrino el día anterior al crimen. Prieto de Sólimo fue insistente al preguntarle sobre ese punto.
La tía de Rodríguez fue segunda testigo en declarar ayer. Anteriormente lo había hecho Martín Jiménez, el ex esposo de Aída que se constituyó como querellante, representado por la abogada Mónica López. El hombre no aportó demasiados datos. Explicó que llevaban tres años separados cuando la asesinaron y que tienen cinco hijos en común, que en aquel momento eran menores de edad.
En la lista de testigos figuran 35 personas más, algunas de las cuales serán indagadas hoy. El juicio se reanudará a las 8.30, en la Sala V° de la Cámara Penal.
Al iniciarse la audiencia de ayer, el presidente del tribunal Emilio Páez de la Torre les dio la oportunidad de declarar a los imputados, quienes están acusados de abuso sexual seguido de muerte. Horacio Ángel Marelli, quien fue pareja de la víctima, se abstuvo por recomendación de su abogado Juan Andrés Robles. Aldo Rubén Rodríguez, en cambio, decidió hablar y accedió a responder preguntas.
“Quiero pedirles perdón a todos por la situación que están pasando”, fueron las primeras palabras que dijo. Sorprendida ante el pedido de disculpas, la fiscala de Cámara Juana Prieto de Sólimo le pidió que explique por qué lo hacía. Rodríguez repitió la frase y agregó: “ellos piensan que soy culpable, por eso pido que se haga justicia para que vean que soy inocente”.
Tras escuchar esa respuesta, la fiscala le preguntó cómo explica que en el cadáver de Aída se haya encontrado ADN suyo. “No sé cómo explicar”, contestó Rodríguez. Luego reconoció que la madrugada del crimen había asistido al mismo baile que Marelli y la víctima, pero aseguró que se retiró antes de que finalizara. Dijo que, a la salida, su madre lo buscó en una moto y lo llevó a la casa de una tía, en Villa Angelina.
La tía
El cuerpo de Aída fue encontrado el 6 de febrero de 2012 en un canal de riego cercano al Río Loro, en la localidad de Las Mesadas. La mujer había sido violada de manera salvaje, presentaba cortes y mordeduras en distintas partes del cuerpo e incluso habían tratado de prenderle fuego. De acuerdo con la autopsia, murió estrangulada.
Poco después del hallazgo, la Policía detuvo a Marelli y a un hermano suyo, que más adelante sería sobreseído. Además, buscaba a Rodríguez, quien se presentó en tribunales una semana después, enterado de que tenía orden de detención. Todos esos días, según declaró ayer, había estado en la casa de su tía de Villa Angelina.
A pedido de la defensora Oficial Marta Toledo, que representa a Rodríguez, se llamó a declarar esa tía. La mujer, que se identificó como Amalia Cáceres, dijo que su sobrino estuvo en su casa porque tiene conocimientos de albañilería y ella le había pedido que levantara una tapia. Pero su declaración tuvo algunas contradicciones con lo expuesto ante el fiscal de Instrucción Guillermo Herrera durante la investigación, relacionadas con si vio o no a su sobrino el día anterior al crimen. Prieto de Sólimo fue insistente al preguntarle sobre ese punto.
La tía de Rodríguez fue segunda testigo en declarar ayer. Anteriormente lo había hecho Martín Jiménez, el ex esposo de Aída que se constituyó como querellante, representado por la abogada Mónica López. El hombre no aportó demasiados datos. Explicó que llevaban tres años separados cuando la asesinaron y que tienen cinco hijos en común, que en aquel momento eran menores de edad.
En la lista de testigos figuran 35 personas más, algunas de las cuales serán indagadas hoy. El juicio se reanudará a las 8.30, en la Sala V° de la Cámara Penal.
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