Increíble: el hincha de Tigres que vio el partido con River ya fallecido

Daniel "Píldora" Ocañas falleció hace diez años, cuando Tigres clasificó por primera vez a la copa. En su honor, llevan una urna con sus restos a cada partido.

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31 Julio 2015
Pareciera salido de un cuento del realismo mágico. Daniel "Píldora" Ocañas, intergante de una facción de la barra de Tigres estuvo presente en el empate sin goles del partido de ida de la final de la Copa Libertadores frente a River, a pesar de que falleció hace 10 años.

Ocañas, quien fue parte de la "barra" de Tigres, "Libres y Lokos", es llevado a cada partido por sus compañeros, dentro de una urna de color amarillo donde fueron depositadas sus cenizas. Esta particular historia comenzó hace diez años, cuando el equipo mexicano se clasificó por primera vez para la fase de grupos de la Copa Libertadores, informó DyN, en una producción de Luciano Werenicke.

El sorteo determinó que la institución de Monterrey integrara el Grupo 6 con el equipo argentino Banfield, Caracas Fútbol Club de Venezuela y Alianza Lima de Perú. Al conocerse el "fixture", Daniel Ocañas estalló de alegría: su sueño era ver jugar a su amado equipo en Argentina.

Por ello, resolvió junto a sus amigos de "Libres y Lokos" comprar los pasajes aéreos para estar en el estadio Florencio Sola el 6 de abril de 2005, día previsto para el duelo entre Banfield y Tigres.

Pero el destino quiso que esa ilusión se cristalizara de forma muy particular: dos semanas antes del ansiado encuentro, Ocañas murió en un violento accidente automovilístico. El deceso golpeó a los muchachos de "Libres y Lokos", quienes, a pesar de la tragedia, decidieron homenajear a "Píldora" haciendo realidad su sueño.

Luego de que el cadáver del joven fuera cremado, sus colegas depositaron las cenizas en una urna decorada con los colores del club y la subieron con su equipaje de mano a la aeronave que los trasladó hasta Argentina. Al llegar, sortearon el control aduanero al exhibir la partida de defunción original que les había entregado la familia del muchacho.

En el hotel que habían reservado, el ánfora fue depositada en una caja de seguridad para que quedara preservada de cualquier profanación. Luego, se acercaron a la concentración de los Tigres y acordaron con los jugadores un particular homenaje: el equipo salió al césped del Florencio Sola con la vasija que contenía los restos de "Píldora" y posó con ella ante los fotógrafos.

Finalmente, el jarrón regresó a las manos de "Libres y Lokos" para ocupar el lugar central de la tribuna visitante y disfrutar de un brillante triunfo del conjunto mexicano 3-0.

Las cenizas regresaron triunfales a Monterrey y, desde entonces, "siguen" al equipo "a todos lados", porque el deseo de "Píldora" era estar junto a los Tigres hasta la muerte... y después también.

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