Todo un partido cambió en nueve segundos en los que Tucumán pasó del infierno al cielo más glorioso. En ese cortísimo tiempo quedó definido el monarca del Campeonato Argentino de básquet y ese es Tucumán que venció por 86 a 84 a Santa Fe.
Hay que empezar de atrás para adelante en la definición que se jugó en el estadio de Caja Popular. Faltaban nueve segundos para el final. Tucumán ganaba 83 a 81 y, astutamente, Santa Fe pidió tiempo. Los santafesinos repusieron con su figura y goleador del partido Damián Palacios que, con marca encima, lanzó de tres, encestó y puso a su equipo adelante por 84-83. Si el pedido de tiempo por parte de Santa Fe fue astuto, nadie contaba con la astucia del banco tucumano que a falta de ¡un segundo y nueve décimas! hizo lo mismo. La solicitud tuvo rédito: esta vez repuso Tucumán en campo santafesino, jugando la última bola a las manos de Jerónimo Solórzano que lanzó en el momento en que sonaba la chicharra. El destino final del balón fue el aro y los tres puntos dieron otra vez un vuelco en el marcador sentenciando el 86 a 84 para la cuarta consagración tucumana en un torneo de este nivel.
¿Qué había pasado hasta esos segundos cruciales? Todo estaba más que parejo y nunca se distanciaron más de 8 puntos en el tablero. Si hay que buscar un momento de superioridad tucumana, fue en el tercer cuarto período en que la selección de Mario Vildoza pudo sacar cuatro unidades de ventaja. En lo que sí hizo la diferencia fue en la concentración y en la entrega, lo único que podía inclinar la balanza a favor de uno de dos grandes equipos.