26 Agosto 2015
REFUERZO. El regreso de Matías Orlando jerarquiza y le da confianza a Huirapuca. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
En la categoría “hijos del rigor”, Huirapuca viene siendo uno de los primeros en levantar la mano. Tras un comienzo irregular en el Regional, debió pelear hasta la última fecha para lograr su clasificación al Súper 8. Ya en el octogonal, donde todos arrancaron igualados en cero, tampoco tuvo un comienzo prometedor: dos partidos, dos derrotas. Una racha que lo deja retrasado en la carrera por llegar a la Copa de Oro.
“En los últimos tiempos nos está pasando así. Parece que estamos acostumbrados a esta linda presión de ganar todo lo que nos queda”, examina Jesús Albornoz, acertadamente. Porque esta manía de ponerse a sí mismo a prueba no es de ahora: en el Regional del año pasado, también entró al Súper 8 en la última fecha y no ganó ninguno de los tres primeros partidos que jugó en el octogonal (dos caídas y un empate). A esa altura, ya nadie apostaba un “mitre” por Huirapuca, pero el equipo de Concepción ganó los cuatro partidos que le quedaban y se coló por la chimenea en la Copa de Oro.
“Uno ve la tabla y los partidos que faltan y puede parecer un panorama difícil. Pero ya hemos estado en situaciones como ésta y supimos salir adelante. Tenemos una presión que nos motiva mucho, en lo personal y sobre todo grupalmente. Cada partido es diferente, y debemos prepararlo como tal. No mirar más allá”, propone Matías Orlando, quien regresó al equipo la semana pasada y jugó su primer partido en el Regional.
“A Huirapuca nunca hay que darlo por muerto”, coincidió Albornoz. “Vamos a luchar para entrar y para eso hay que empezar a pensar entrenamiento a entrenamiento y partido a partido. Lo que sí, sabemos que al partido contra ‘Uni’ lo perdimos nosotros por errores de manejo y desconcentraciones que no pueden volver a suceder”, agregó el hooker.
El “viento” del sur tendrá que soplar tan fuerte como pueda este fin de semana, ya que recibirá a un rival igual de necesitado: Universitario de Salta, también derrotado en las primeras dos fechas. El que pierde, estará prácticamente out.
“En los últimos tiempos nos está pasando así. Parece que estamos acostumbrados a esta linda presión de ganar todo lo que nos queda”, examina Jesús Albornoz, acertadamente. Porque esta manía de ponerse a sí mismo a prueba no es de ahora: en el Regional del año pasado, también entró al Súper 8 en la última fecha y no ganó ninguno de los tres primeros partidos que jugó en el octogonal (dos caídas y un empate). A esa altura, ya nadie apostaba un “mitre” por Huirapuca, pero el equipo de Concepción ganó los cuatro partidos que le quedaban y se coló por la chimenea en la Copa de Oro.
“Uno ve la tabla y los partidos que faltan y puede parecer un panorama difícil. Pero ya hemos estado en situaciones como ésta y supimos salir adelante. Tenemos una presión que nos motiva mucho, en lo personal y sobre todo grupalmente. Cada partido es diferente, y debemos prepararlo como tal. No mirar más allá”, propone Matías Orlando, quien regresó al equipo la semana pasada y jugó su primer partido en el Regional.
“A Huirapuca nunca hay que darlo por muerto”, coincidió Albornoz. “Vamos a luchar para entrar y para eso hay que empezar a pensar entrenamiento a entrenamiento y partido a partido. Lo que sí, sabemos que al partido contra ‘Uni’ lo perdimos nosotros por errores de manejo y desconcentraciones que no pueden volver a suceder”, agregó el hooker.
El “viento” del sur tendrá que soplar tan fuerte como pueda este fin de semana, ya que recibirá a un rival igual de necesitado: Universitario de Salta, también derrotado en las primeras dos fechas. El que pierde, estará prácticamente out.