03 Diciembre 2015
UN LUGAR PELIGROSO. El tramo de la ruta provincial 334 donde atropellaron a los jóvenes ya se produjeron otros accidentes mortales. LA GACETA / FOTOs DE Osvaldo Ripoll
CONCEPCION.- El juez de Instrucción Guillermo Acosta dispuso ayer la detención de la automovilista que embistió y mató, en supuesto estado de ebriedad, a Nicolás Lobo y a Jorge Mamaní que transitaban en motocicleta en la localidad de Los Sosa, al oeste de Monteros.
Claudia Yanina Sosa, de 23 años, manejaba un auto VW Gol cuando protagonizó el percance que se produjo a las 19.30 del martes de la semana pasada en la ruta 334, cerca del acceso al pueblo. Tras embestir a los muchachos, la mujer también colisionó con una Kangoo Renault, cuyo conductor, cuyo nombre no trascendió, resultó con heridas leves.
El pedido de detención había sido formalizado este lunes por la fiscala Mónica García, de los tribunales de Monteros. Sosa permanecía en calidad de aprehendida y su situación se agravó luego de que los análisis de alcoholemia en laboratorio arrojaran positivo, según confirmaron fuentes judiciales. Ahora está imputada de doble homicidio con dolo eventual.
La medida resuelta por Acosta apaciguó la indignación de vecinos y parientes de las víctimas que en los últimos días protagonizaron en Monteros tensas manifestaciones callejeras para pedir que la automovilista no sea dejada en libertad.
Las víctimas regresaban a sus casas en una Yamaha FZ desde la Escuela Técnica de Monteros, en donde estudiaban. Eran amigos y compañeros del último curso de ese establecimiento educativo.
Vivían en la localidad de Los Sosa y, el día del accidente, marchaban en dirección oeste por la ruta 334 en el rodado que conducía Mamaní. Según los testigos, Claudia circulaba haciendo zigzag por la ruta cuando chocó de frente a los jóvenes de 18 años. El terrible percance se produjo a unos 400 metros al este de la casa de Nicolás y a 1 km de la de Jorge.
“Escuché un reventón y enseguida vi volar por el aire algo como dos bultos. Después me dijeron que habían sido los chicos”, recordó Susana Sosa. Mamaní, a causa del impacto, murió en el acto, mientras que Lobo falleció un día después en un nosocomio de la capital.
La muerte de ambos jóvenes sacudió al pueblo de Los Sosa en razón de que las víctimas eran muy queridas .
“Nos enteramos de que Jorge el día de su muerte había pasado a izar la bandera en la escuela, pero no alcanzó a llegar a contar la experiencia a sus padres, porque la muerte lo sorprendió antes”, contó Karina Cruz, tía del fallecido.
“Es inadmisible lo sucedido. Una irresponsable apagó la vida de dos chicos que tenían un gran futuro, porque eran muy dedicados a la escuela y además al trabajo” agregó. Jorge -de acuerdo a la mujer- esperaba que concluyeran las clases para ir a trabajar en la cosecha de frutilla en Tafí del Valle, tal como lo hacía todos los años.
Antonia Heredia, abuela de Nicolás, con enorme tristeza dijo que el chico, además de estudiar, se ganaba la vida cosechando limones y arándanos. “Vivía conmigo y no tenía padre. Su madre trabaja. Cuando me avisaron de su muerte estaba internada en un sanatorio de Monteros. No sé cómo sobreviví a la noticia. Me arrancaron el corazón”, comentó angustiada.
“No se va a recuperar de mi nieto ni la de su amigo. Lo único que nos queda es pedir que la justicia actúe con todo el rigor ante semejante tragedia provocada por una persona inconsciente frente al volante”, imploró la mujer.
Según los vecinos, los accidentes en la ruta 334 son muy frecuentes. “En lo que va del año en el mismo lugar en que murieron los chicos, chocaron dos motos de frente y también perdieron la vida dos muchachos. Y después un hombre resultó herido al volcar con su auto”, aseguró Susana.
Precisamente ahí ya se pintaron dos estrellas amarillas, las que recuerdan las muertes anteriores a las de Mamaní y Lobo. Los lugareños aseguraron que el alcohol, la alta velocidad y el mal estado de la calzada conforman un cóctel mortal que exige medidas urgentes para evitar otras tragedias.
Claudia Yanina Sosa, de 23 años, manejaba un auto VW Gol cuando protagonizó el percance que se produjo a las 19.30 del martes de la semana pasada en la ruta 334, cerca del acceso al pueblo. Tras embestir a los muchachos, la mujer también colisionó con una Kangoo Renault, cuyo conductor, cuyo nombre no trascendió, resultó con heridas leves.
El pedido de detención había sido formalizado este lunes por la fiscala Mónica García, de los tribunales de Monteros. Sosa permanecía en calidad de aprehendida y su situación se agravó luego de que los análisis de alcoholemia en laboratorio arrojaran positivo, según confirmaron fuentes judiciales. Ahora está imputada de doble homicidio con dolo eventual.
La medida resuelta por Acosta apaciguó la indignación de vecinos y parientes de las víctimas que en los últimos días protagonizaron en Monteros tensas manifestaciones callejeras para pedir que la automovilista no sea dejada en libertad.
Las víctimas regresaban a sus casas en una Yamaha FZ desde la Escuela Técnica de Monteros, en donde estudiaban. Eran amigos y compañeros del último curso de ese establecimiento educativo.
Vivían en la localidad de Los Sosa y, el día del accidente, marchaban en dirección oeste por la ruta 334 en el rodado que conducía Mamaní. Según los testigos, Claudia circulaba haciendo zigzag por la ruta cuando chocó de frente a los jóvenes de 18 años. El terrible percance se produjo a unos 400 metros al este de la casa de Nicolás y a 1 km de la de Jorge.
“Escuché un reventón y enseguida vi volar por el aire algo como dos bultos. Después me dijeron que habían sido los chicos”, recordó Susana Sosa. Mamaní, a causa del impacto, murió en el acto, mientras que Lobo falleció un día después en un nosocomio de la capital.
La muerte de ambos jóvenes sacudió al pueblo de Los Sosa en razón de que las víctimas eran muy queridas .
“Nos enteramos de que Jorge el día de su muerte había pasado a izar la bandera en la escuela, pero no alcanzó a llegar a contar la experiencia a sus padres, porque la muerte lo sorprendió antes”, contó Karina Cruz, tía del fallecido.
“Es inadmisible lo sucedido. Una irresponsable apagó la vida de dos chicos que tenían un gran futuro, porque eran muy dedicados a la escuela y además al trabajo” agregó. Jorge -de acuerdo a la mujer- esperaba que concluyeran las clases para ir a trabajar en la cosecha de frutilla en Tafí del Valle, tal como lo hacía todos los años.
Antonia Heredia, abuela de Nicolás, con enorme tristeza dijo que el chico, además de estudiar, se ganaba la vida cosechando limones y arándanos. “Vivía conmigo y no tenía padre. Su madre trabaja. Cuando me avisaron de su muerte estaba internada en un sanatorio de Monteros. No sé cómo sobreviví a la noticia. Me arrancaron el corazón”, comentó angustiada.
“No se va a recuperar de mi nieto ni la de su amigo. Lo único que nos queda es pedir que la justicia actúe con todo el rigor ante semejante tragedia provocada por una persona inconsciente frente al volante”, imploró la mujer.
Según los vecinos, los accidentes en la ruta 334 son muy frecuentes. “En lo que va del año en el mismo lugar en que murieron los chicos, chocaron dos motos de frente y también perdieron la vida dos muchachos. Y después un hombre resultó herido al volcar con su auto”, aseguró Susana.
Precisamente ahí ya se pintaron dos estrellas amarillas, las que recuerdan las muertes anteriores a las de Mamaní y Lobo. Los lugareños aseguraron que el alcohol, la alta velocidad y el mal estado de la calzada conforman un cóctel mortal que exige medidas urgentes para evitar otras tragedias.
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