04 Abril 2016
EFECTOS. La acumulación de cansancio y la falta de tiempo con la familia pueden cambiar la percepción que muchas personas tienen de su trabajo. frontera.info
El agotamiento que genera el trabajo, la falta de desconexión y la pérdida de contacto con la familia llevan a que muchas personas se sientan insatisfechas con su ocupación laboral y con su propia vida. Así lo indica un estudio que desarrollaron especialistas de la Universidad Siglo 21. Según el informe, por más que las personas desarrollen una actividad que les gusta, y que les genera orgullo e identificación, el escaso tiempo de recuperación puede causar infelicidad. Además, los expertos remarcaron que los trabajadores más infelices viven en la Capital Federal, seguidos por los de Rosario, de Mendoza y de Córdoba.
El informe, titulado “Felicidad y trabajo”, no relevó las opiniones de los habitantes de Tucumán. Sin embargo, según una encuesta online de LA GACETA, el 52% de los participantes, sobre una muestra total de 1.500 lectores digitales, dijo sentirse infeliz con su empleo, mientras que el 48% restante expresó que su trabajo le da felicidad.
El análisis de la Universidad Siglo 21 señaló que el 61% de los argentinos afirma sentirse muy o totalmente conforme con su vida, mientras que el 56% siente que ha alcanzado las metas más importantes que deseaba. Sin embargo, una proporción amplia, el 24%, asegura que no le gustaría volver a vivir su vida su tuviese la oportunidad de cambiarla.
Los datos obtenidos sugieren que el sexo y la edad no son factores asociados al nivel de felicidad, y que la conformidad con el dinero explica sólo el 7% de la satisfacción con la vida. Por el contrario, la experiencia subjetiva en el trabajo (más concretamente, el nivel de orgullo y el nivel de agotamiento) explican el 23% de la felicidad.
“El concepto de la satisfacción con la vida es un juicio que realiza una persona al comparar las metas que se plantea con su vida real. Es decir, la distancia entre la vida que tiene y la que le gustaría tener. Quienes poseen mayores niveles de satisfacción se sienten plenos porque alcanzaron las metas, o porque perciben que se acercan a ellas. En este contexto, el trabajo y el tipo de ocupación son clave. Si la persona siente que su actividad le genera orgullo e identificación, es más probable que se sienta satisfecha. Ahora bien, si no está a gusto con lo que hace no tendrá satisfacción”, explica Leonardo Medrano, director de Investigaciones de la Universidad Siglo 21, durante una entrevista con LA GACETA.
Efectos en las personas
Cuando se evalúan las experiencias en el trabajo, hay dos dimensiones. Una relacionada con la dedicación y el significado que la persona le otorga al trabajo. La otra dimensión que se evalúa tiene que ver con el nivel de energía. “La gran mayoría de las actividades laborales generan un desgaste, que requiere un período de recuperación. Cuando el descanso no es suficiente, o cuando hay un exceso de demanda, la persona ingresa en un estado de agotamiento emocional”, subraya el psicólogo. Esta situación de crisis puede alterar el significado que la persona le otorga a su empleo. “Quizás el trabajador se siente a gusto con su ocupación, pero la sobrecarga le quita el sentido real a la actividad”, añadió.
Consultado sobre el efecto del dinero en la felicidad personal, Medrano advirtió que no es un factor que aumente la satisfacción con la vida. “El impacto del nivel de ingresos en la felicidad es del 7%. Ahora, la falta de dinero sí provoca infelicidad. “No tener dinero para cubrir las necesidades básicas, provoca insatisfacción. Pero si la persona alcanza este objetivo, ganar más dinero no incrementa su felicidad ni la autorealización”, argumenta el investigador.
“La relación existente entre los niveles de felicidad y el trabajo se explica a partir de la importancia que tiene el desarrollo personal en la vida. En efecto, la felicidad no implica solamente experimentar emociones positivas o encontrarse alegre la mayor parte del tiempo. No obstante, el estudio recalca que el problema surge cuando el trabajo obstaculiza el desarrollo de la vida familiar. “En consecuencia, para ser más felices se recomienda elegir trabajos en los que uno se sienta orgulloso, que brinde adecuados recursos para no agotarse y que no interfiera con la vida familiar. O, al meno, tratar de modificar la manera en que trabajamos para incrementar estos aspectos”, sugiere la investigación.
En tanto, el informe afirma que no hay diferencias significativas en los niveles de satisfacción con la vida, según el sexo de los trabajadores. “No obstante, si se observó que las mujeres tienden a reportar mayores niveles de agotamiento en relación a los hombres. De esta manera, el 33,2% de las mujeres señalan que se encuentran muy agotadas al final de su jornada laboral, mientras que esta cifra se reduce al 25,8% en los hombres. Finalmente, el estudio remarca que al comparar trabajadores con y sin hijos, se observó que los empleados con hijos presentan niveles levemente más altos de agotamiento que aquellos sin hijos.
El informe, titulado “Felicidad y trabajo”, no relevó las opiniones de los habitantes de Tucumán. Sin embargo, según una encuesta online de LA GACETA, el 52% de los participantes, sobre una muestra total de 1.500 lectores digitales, dijo sentirse infeliz con su empleo, mientras que el 48% restante expresó que su trabajo le da felicidad.
El análisis de la Universidad Siglo 21 señaló que el 61% de los argentinos afirma sentirse muy o totalmente conforme con su vida, mientras que el 56% siente que ha alcanzado las metas más importantes que deseaba. Sin embargo, una proporción amplia, el 24%, asegura que no le gustaría volver a vivir su vida su tuviese la oportunidad de cambiarla.
Los datos obtenidos sugieren que el sexo y la edad no son factores asociados al nivel de felicidad, y que la conformidad con el dinero explica sólo el 7% de la satisfacción con la vida. Por el contrario, la experiencia subjetiva en el trabajo (más concretamente, el nivel de orgullo y el nivel de agotamiento) explican el 23% de la felicidad.
“El concepto de la satisfacción con la vida es un juicio que realiza una persona al comparar las metas que se plantea con su vida real. Es decir, la distancia entre la vida que tiene y la que le gustaría tener. Quienes poseen mayores niveles de satisfacción se sienten plenos porque alcanzaron las metas, o porque perciben que se acercan a ellas. En este contexto, el trabajo y el tipo de ocupación son clave. Si la persona siente que su actividad le genera orgullo e identificación, es más probable que se sienta satisfecha. Ahora bien, si no está a gusto con lo que hace no tendrá satisfacción”, explica Leonardo Medrano, director de Investigaciones de la Universidad Siglo 21, durante una entrevista con LA GACETA.
Efectos en las personas
Cuando se evalúan las experiencias en el trabajo, hay dos dimensiones. Una relacionada con la dedicación y el significado que la persona le otorga al trabajo. La otra dimensión que se evalúa tiene que ver con el nivel de energía. “La gran mayoría de las actividades laborales generan un desgaste, que requiere un período de recuperación. Cuando el descanso no es suficiente, o cuando hay un exceso de demanda, la persona ingresa en un estado de agotamiento emocional”, subraya el psicólogo. Esta situación de crisis puede alterar el significado que la persona le otorga a su empleo. “Quizás el trabajador se siente a gusto con su ocupación, pero la sobrecarga le quita el sentido real a la actividad”, añadió.
Consultado sobre el efecto del dinero en la felicidad personal, Medrano advirtió que no es un factor que aumente la satisfacción con la vida. “El impacto del nivel de ingresos en la felicidad es del 7%. Ahora, la falta de dinero sí provoca infelicidad. “No tener dinero para cubrir las necesidades básicas, provoca insatisfacción. Pero si la persona alcanza este objetivo, ganar más dinero no incrementa su felicidad ni la autorealización”, argumenta el investigador.
“La relación existente entre los niveles de felicidad y el trabajo se explica a partir de la importancia que tiene el desarrollo personal en la vida. En efecto, la felicidad no implica solamente experimentar emociones positivas o encontrarse alegre la mayor parte del tiempo. No obstante, el estudio recalca que el problema surge cuando el trabajo obstaculiza el desarrollo de la vida familiar. “En consecuencia, para ser más felices se recomienda elegir trabajos en los que uno se sienta orgulloso, que brinde adecuados recursos para no agotarse y que no interfiera con la vida familiar. O, al meno, tratar de modificar la manera en que trabajamos para incrementar estos aspectos”, sugiere la investigación.
En tanto, el informe afirma que no hay diferencias significativas en los niveles de satisfacción con la vida, según el sexo de los trabajadores. “No obstante, si se observó que las mujeres tienden a reportar mayores niveles de agotamiento en relación a los hombres. De esta manera, el 33,2% de las mujeres señalan que se encuentran muy agotadas al final de su jornada laboral, mientras que esta cifra se reduce al 25,8% en los hombres. Finalmente, el estudio remarca que al comparar trabajadores con y sin hijos, se observó que los empleados con hijos presentan niveles levemente más altos de agotamiento que aquellos sin hijos.
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