Salas renovadas: el Mercedes Sosa adorna camarines y el Atlas reemplaza butacas

Los vestidores del teatro homenajean a artistas populares. En el cine hay asientos más cómodos.

VISTOSAS. Las nuevas sillas del Atlas son anatómicas y con posavasos. LA GACETA / FOTO DE JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI. VISTOSAS. Las nuevas sillas del Atlas son anatómicas y con posavasos. LA GACETA / FOTO DE JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI.
27 Abril 2016
Dos de los espacios culturales y de entretenimiento más concurridos de la capital tucumana, el teatro Mercedes Sosa y el cine Atlas, se reacondicionan para recibir con más comodidades y mejoras estéticas a su público.

En el edificio ubicado en San Martín al 400 los cambios se ven, principalmente, en los camarines. Ya no hay números en las puertas de las habitaciones que alojan a los artistas sino que, en cambio, estas se identifican con las caras de músicos y actores populares. Así, por ejemplo, se puede ver a Alfredo Alcón en su traje de “Ricardo III”, a unos sonrientes Daniel Rabinovich y Alberto Olmedo, a unos jóvenes José Cibrián y Ana María Campoy, y a la “Mecha” Sosa en tierno gesto.

El administrador del teatro, Raúl Armisén, señaló que el cambio es, por un lado, un homenaje a los artistas elegidos y, por el otro, la posibilidad de ofrecer una estadía más cálida y placentera a quienes pasan por esos vestidores. Agregó que también hubo reformas en la sala, en cuyos laterales se colocaron telas y revestimiento con el objetivo de mejorar la acústica. Además, en el centro del primer palco se instaló una luminaria con el logo del teatro lo cual, según las autoridades, reforzará la imagen institucional en el caso de que se saquen fotos en ese espacio.

Butacas más cómodas

Los cambios en el Atlas, en tanto, son mucho más visibles para el público. El cine de Monteagudo al 200 reemplazó las viejas butacas que tenía desde sus comienzos por otras más modernas. “Son sillas muy cómodas, anatómicas, con respaldo alto y posavasos. Quizás para la gente no sean novedosas, porque las salas de los shoppings tienen unas similares, pero para nosotros es todo un logro y significó una inversión muy importante”, relata Roberto Abdenur, que se reconoce muy orgulloso de las reformas.

Los operarios llevan una semana trabajando en el lugar: en total, instalarán unas 800 butacas en las tres salas (hasta el momento han completado el trabajo en dos de ellas; en ninguna se suspendieron las funciones mientras tanto). “Es una mejora hecha a pulmón, sin ayudas -resalta Abdenur-. Este cine fue el primero en poner proyección y sonido digitales, y cuenta con 3D en todas las salas. Esta era la materia pendiente: entre los pedidos de la gente siempre estaba el cambio de butacas. Éramos conscientes de eso, pero vamos trabajando poco a poco”.

La próxima modificación, adelanta Abdenur, se hará en los sanitarios. “Funcionan bien, pero a la vista pueden resultar un poco antiguos -explica-. El que es habitué del cine se habrá dado cuenta que también hemos pintado el hall y renovado la iluminación. La idea es continuar con las mejoras”.

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