Mike Ives / The New York Times
PHNOM PENH, Camboya- Ouch Leng, activista ambiental que opera encubierto para combatir la tala ilegal, ha tenido algunos roces cercanos con lo que es, a decir general, una peligrosa línea de trabajo: 14 defensores camboyanos de la tierra y el ambiente fueron muertos entre 2005 y 2014, ha informado el grupo de activismo Global Witness, con sede en Londres.
Durante unas pocas horas hace un par de años, Leng temió que sería el siguiente. Él y algunos otros activistas se habían detenido dentro del Parque Nacional de Virachey, cerca de la frontera con Vietnam, para pedirles instrucciones a algunos taladores para llegar a una cercana concesión de madera.
Pero los taladores estaban alertados sobre la presencia de “intrusos” y sospecharon. Mandaron a llamar a soldados camboyanos, quienes cachearon a los activistas y les ordenaron a punta de pistola que condujeran hasta una estación de guardabosques a cuatro horas de camino, aproximadamente. “Todos estábamos en pánico”, narró Leng.
Escaparon luego de lograr desviarse por un camino de tierra que era demasiado estrecho para los camiones de los soldados y condujeron durante toda la noche hasta la seguridad. “Valió la pena el riesgo”, puntualizó Leng. Había logrado ocultar de los soldados dos cámaras que llevaba consigo, las cuales estaban cargadas de fotos y videos acerca de tala ilegal.
Para Leng, el peligro mortal es un riesgo ocupacional aceptable, en un país donde poderosos magnates operan vastas concesiones ilegales de madera dentro de bosques protegidos… algunas de la mejores, y últimas, reservas de biodiversidad.
En docenas de viajes desde 2011, él ha ido encubierto, posando como jornalero manual en la industria de la tala, para filmar y fotografiar tala ilegal y seguir la madera desde los bosques de Camboya hasta sus puertos marítimos. Además, se ha forjado un perfil en la capital, Phnom Penh, como prominente detractor de empresas de tala y las políticas de silvicultura del gobierno.
“Mucha gente de ONG locales e internacionales no está dispuesta a trabajar conmigo porque no quiere lidiar con temas delicados”, manifestó Leng, refiriéndose a organizaciones no-gubernamentales.
Agregó con una risita: “Ellos ni siquiera quieren acompañarme para comer o beber un trago”.
Los partidarios de Leng dicen que tiene una diversidad inusualmente amplia de activos, incluyendo una red nacional de contactos, un diploma de leyes, amplio conocimiento de los bosques y una urgencia insaciable de documentar tala ilegal en las rugosas tierras fronterizas de Camboya.
Sin embargo, ellos temen que esos activos también pudieran convertirlo en blanco de la violencia, conforme su prominencia va en aumento.
“Tarde o temprano, él tiene que decidir si quiere tener rostro público o encubierto”, dijo Marcus Hardtke, veterano activista ambiental en Phnom Penh. “Él no puede ser ambos para siempre”.
La capa forestal de Camboya ha caído a entre 55 y 60 por ciento nacionalmente respecto de 73 por ciento en 1993, dijo Forest Trends, grupo de investigación en Washington, en un informe de 2015. Buena parte de la deforestación desde 2005 ha sido el resultado de la tala ilegal dentro y alrededor de bosques protegidos que están incluidos en concesiones de tierra bajo las opacas normas de bosques de Camboya, leía el informe.
Leng dijo que él había visitado de 50 a 60 de dichas concesiones, a menudo al lado de activistas voluntarios de localidades, y que uno de sus principales objetivos había sido Try Pheap, prominente empresario camboyano que cuenta con operaciones de tala a lo largo del país.
Las concesiones
En enero, Camboya informó que había cancelado 26 concesiones de tierra, incluyendo dos en manos de Pheap. Estas se extendían a lo largo de casi 20.000 hectáreas dentro del Parque Nacional de Virachey, que había sido escrutado en un informe de 2013 por parte del grupo de activismo de un solo hombre de Leng, las Fuerzas de Tarea de los Derechos Humanos de Camboya.
“Los corruptores vínculos que él fue capaz de exponer entre magnates de la madera y el gobierno realmente fueron de ayuda, creo, para impulsar la concienciación tanto dentro de Camboya como fuera” con respecto a los aspectos negativos de concesiones de tierra, dijo David Gordon, el director ejecutivo de la Fundación Ambiental Goldman, organización sin fines de lucro con sede en San Francisco, la cual le otorgó a Leng un premio por 175.000 dólares, por su trabajo.
Otros partidarios dijeron que los informes investigativos de Leng habían ejercido mayor presión pública sobre el gobierno camboyano e industria maderera que la que donadores internacionales con amplios fondos y organizaciones de conservación sin fines de lucro fueron capaces -o estuvieron dispuestos- a ejercer.
Leng es “valiente en su voluntad de exponer a los grandes peces”, dijo Sarah Milne, conferencista en la Universidad Nacional de Australia en Camberra, quien estudia los bosques de Camboya. “Es mucho más fácil hacerse de la vista gorda”.
El Grupo Try Pheap no respondió a una lista de preguntas enviadas por correo electrónico.
Sao Sopheap, portavoz del ministerio del Ambiente, dijo que el gobierno estaba trabajando con grupos internacionales de conservación para eliminar la tala ilegal dentro de concesiones de tierra. Sin embargo, él agregó que medidas de la reforma a la tierra, incluyendo una moratoria de 2012 sobre nuevas concesiones, no eran en respuesta a presión de activistas.
“Esos activistas, concentrándose en activismo, probablemente no sean de mucha utilidad”, dijo Sopheap en una entrevista telefónica, sin mencionar a Leng. “Es probable que ellos estén trabajando en darle impulso a sus propios intereses”.
Hardtke, el activista ambiental, dijo que el trabajo de activismo de Leng era ampliamente similar al de Chut Wutty, activista camboyano de alto perfil que fue muerto a balazos en abril de 2012, en un campo de tala. Sin embargo, Hardtke dijo que Leng había asumido un enfoque más analítico.
Ganar el Premio Ambiental Goldman pudiera elevar el perfil de Leng y dificultarles a las autoridades camboyanas que entablen casos de difamación en su contra, pero semejante exposición también podría convertirlo en un objetivo mayor cuando trabaje en áreas remotas, agregó Hardtke.
La esposa de Leng, Chan Vorn, dijo que el hogar familiar había sido vigilado por hombres con ropa de paisano en motocicletas con matrículas de policía. Ella se preocupó más por la seguridad de él, agregó, después de haber leído que el ganador anterior del Goldman, la activista Berta Cáceres, fue muerta en Honduras en marzo.
“Me preocupa mucho mi marido porque nuestros hijos siguen siendo muy jóvenes y no deberían crecer sin padre”, dijo con voz temblorosa. Sin embargo, Leng dijo que él se sentía impávido ante inquietudes de seguridad y planeaba seguir con sus investigaciones encubiertas y activismo público.
“Si yo no hago esto, ¿quién lo hará?” dijo.