Se resisten a una edificación en Yerba Buena

Cuentan que, durante años, ni los miraron. Ni alumbrado público, ni cordón cuneta, ni nada. Abandonados, así dicen que estuvieron. Hasta que, días antes de marcharse, los otrora gobernantes de Yerba Buena los recordaron: habilitaron una construcción en su calle que -según ellos- atropella todas las leyes.

Así empieza la carta que una decena de habitantes de Los Ceibos al 1.300 le enviaron al intendente de esa ciudad, Mariano Campero. En esa misiva, de noviembre pasado, denuncian que los funcionarios anteriores consintieron que en un terreno de 20 metros de frente y 33 metros de fondo se construyan 11 oficinas de 30 metros cuadrados cada una, aproximadamente.

Sin embargo, los firmantes adjuntaron documentación que probaría que se cambió el destino de uso, pues se estarían comercializando como viviendas. Además -aseguran- el proyecto ha abusado del Factor de Ocupación del Suelo (FOT), que indica la cantidad de metros cuadrados que se pueden edificar.

Al cabo de unos meses, a Campero le llegó otra nota de los moradores de esa cuadra, recordándole su queja. Y a fines de abril, uno de esos ciudadanos, el arquitecto Luis Palazzolo, lo demandó ante la Justicia.

“Ha transcurrido el plazo razonable para que la Municipalidad evacue las peticiones efectuadas. Solicito que se intime a esa administración. Esto afecta nuestros derechos, ya que tendremos una muralla de seis metros que nos quitará la vista al cerro, el sol que calentaba nuestra pequeña piscina y el viento fresco de la montaña”, dice Palazzolo.

Toc, toc

Llegado este punto, los nudillos se golpean en las puertas de la dirección de Planeamiento Urbano del municipio, que conduce Ernesto Marchetti. Él admite como cierto lo expuesto por los vecinos. Para empezar, dice que el proyecto no cumple con el FOT, debido que han duplicado la cantidad de metros construidos. Luego, cuenta que sólo hicieron la mitad de las cocheras necesarias.

Por estas razones, entre otras -prosigue-, su oficina inició un trámite administrativo. 

Enseguida, revela que “surgirán” más casos, pues en la gestión anterior se aprobaron muchas obras parecidas, de entre 600 y 800 metros cuadrados, que transgreden el Código de Ordenamiento Urbano -a decir suyo-. “Se trata de lotes pequeños en los que, bajo la figura de propiedad horizontal, los inversores quieren meter más unidades habitacionales de las permitidas”, explica.

Y pone como ejemplo unas casas agrupadas en el barrio Antártida Argentina, casi al final de la avenida Perón. Allí, el desarrollista superó la densidad y no respetó su propia planimetría, de supuesto. “En los próximos días, se pedirá la clausura preventiva y la demolición de unos balcones”, anticipa. También menciona un complejo de viviendas que se está erigiendo en la calle Las Rosas. “Es llamativo, porque están levantando columnas que auguran un segundo piso”.

Tanto se ha movido Palazzolo, que su reclamo ha resonado, además, en el Concejo Deliberante. El concejal peronista Héctor “Pilón” Aguirre ha pedido que, para la próxima sesión de ese cuerpo, se le mande una invitación a Marchetti. Quiere que, entre otras cosas, proporcione un informe de esa obra.

Por lo visto, esta historia dará más tela para cortar. Ha quedado en claro que hay un grupo de personas dispuestas a hacer oir su verdad.