Los ruegos a la Pachamama fueron regados con vino de cosecha propia

Amaicha del Valle revivió su tiempo de ofrenda a la Madre Tierra. Deseos de trabajo y la esperanza puesta en la bodega comunitaria.

PEDIDO Y OFRENDA. Catalina Cruz pidió trabajo para todos, incluidos los que cobran subsidios. LA GACETA / FOTOS DE JULIO MARENGO.- PEDIDO Y OFRENDA. Catalina Cruz pidió trabajo para todos, incluidos los que cobran subsidios. LA GACETA / FOTOS DE JULIO MARENGO.-
02 Agosto 2016
“La Pachamama nos pide estar unidos como las uvas al racimo, como el racimo a la viña y como la viña a la tierra”. Con esos sentimientos, reflejados en las reflexiones de Belo Andrade, vallisto de pura cepa, la comunidad de Amaicha del Valle homenajeó a la Pachamama. Como en cada 1° de agosto, el ritual de agradecimiento a la Madre Tierra mezcló desde la noche de la víspera la fiesta con la celebración, entre chicha, sahumada y mucho té de ruda, para curarse en salud. Desde las 12 de la noche, toda Amaicha fue una fiesta, con jóvenes tocando bombos, cantando coplas y con las bandas de sikuris recreando los ritmos ancestrales de los valles.   

Este año, el ritual de la Pachamama, que se hizo en la plaza de Amaicha con gran convocatoria - de lugareños y de turistas- llegó con un condimento especial; la inauguración de la flamante bodega comunitaria, que es hoy la gran apuesta laboral para la comunidad de Amaicha del Valle. Como era de esperar, cuando la Pachamama 2016 -Catalina Cruz- le ofrendó el tradicional vino a la Madre Tierra, lo hizo con cosecha propia: Sumak Kawsay (el buen vivir) se llama el vino de la bodega comunitaria Los Amaichas. “Le pido a la Madre Tierra, pero también al Gobierno provincial, que haya trabajo para la gente, y que los que cobran subsidios trabajen o estudien”, rogó la Pachamama Cruz. Entre el público estuvieron el gobernador Juan Luis Manzur, el vicegobernador, Osvaldo Jaldo, el ministro del interior, Miguel Angel Acevedo, entre otros funcionarios, tomaron nota del ruego de la Pachamama . Y todos los pedidos a ella estuvieron enfocados en la bodega comunitaria, que fue inaugurada oficialmente ayer. “Un sueño hecho realidad”, fue una de las frases que más resuena por estos días en Amaicha. Belo Andrade explicó que, a diferencia de otros años, la celebración se hizo en la plaza (antes se hacía en un predio cerrado) “porque es parte de la cultura, no es sólo una costumbre del vallisto”. “Consideramos que había que hacerla pública, para que el visitante sea parte de esta celebración”, sostuvo.

Si los visitantes de otras provincias argentinas no podían ocultar su emoción por la ceremonia compartida, entre los pocos turistas extranjeros ese sentimiento fue más intenso, si cabe esa posibilidad. “Es muy impresionante ver en vivo lo que habíamos visto en video. Es increíble cómo contagian con su música, que dan ganas de compartir el baile”, manifestó Patrick Müller, un viajero alemán que pasa unos meses en la Argentina con su compañera, Christina Rebhölz.

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